Investigadores españoles mostraron su confianza en que dentro de cinco años habrá un tratamiento para la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), durante una jornada con motivo del Día Mundial de esta enfermedad.
El coordinador de la Unidad Multidisciplinaria de ELA del Hospital Vall d’Hebron en Barcelona, Josep Gámez, explicó a la agencia Efe que en cinco años podría encontrarse un tratamiento para esta enfermedad degenerativa de tipo neuromuscular y origen genético.
Según Gámez, los investigadores del hospital están «esperanzados» con un ensayo clínico que está «justo en el ecuador«, y apuntó que se ha hecho un análisis preliminar y han observado que los pacientes que tomaban este producto mejoran más que los que sólo usaban el fármaco riluzol.
«Se trata de fármacos que no detienen la enfermedad, pero que consiguen ralentizarla», puntualizó el especialista.
«Estamos muy cercanos a encontrar una cura definitiva, pero necesitamos más dinero. Esto es un primer paso, si este producto da los resultados esperados será un atractivo para que la industria farmacéutica invierta más en esta enfermedad, y en 5 años podríamos encontrar un tratamiento que por lo menos la detenga», reiteró.
Gámez afirmó que los últimos cinco años fueron los mejores en materia de avances desde que el médico francés Jean Martin Charcot descubriera la enfermedad en 1869.
La cantidad de afectados en Europa es de unos 40.000 y en Estados Unidos unos 20.000. Según Gámez, «es un número de pacientes poco interesante para que la industria farmacéutica desarrolle un medicamento, teniendo en cuenta que las neuronas no se pueden reproducir».
Sobre la diversidad de casos, Gámez señaló que «no todos los pacientes presentan los mismos síntomas», y recordó el caso del científico británico Stephen Hawking, enfermo desde hace más de 60 años, cuando la mayoría de pacientes no llega a los 5 años de supervivencia si no se les ofrece una ventilación invasiva o no invasiva.
Algunos de los riesgos que podrían generar esta enfermedad y que son objeto de estudio son la exposición a productos químicos como pesticidas.
Gámez también recordó casos como el de los veteranos que habían estado en la guerra del Golfo Pérsico, que al regresar tenían muchas enfermedades neurológicas.
«Se llegó a la conclusión de que en el caso de algunos realmente era psicológico, pero tenían tres veces más posibilidades de desarrollar la ELA», dijo.
También indicó que determinadas profesiones deportivas llegaron a asociarse a un aumento de riesgo, y citó el caso de 170 exjugadores de fútbol italianos retirados que presentaron esa enfermedad en 2004.
Todos ellos estaban en el área de Génova y Florencia, y no se encontró cuál fue la causa, aunque se especuló con su exposición al pesticida usado en el césped y con algunos tratamientos especiales a los que fueron sometidos para recuperarse de las lesiones.