A veces las respuestas inmunes insuficientes conducen a infecciones o al desarrollo de algunos tumores. También puede suceder que el sistema de defensa del cuerpo reaccione de forma excesiva desencadenando enfermedades tales como la artritis, el lupus y la enfermedad de Crohn. Asimismo, otros factores como las infecciones bacterianas podrían jugar un rol central en el desarrollo de estas patologías, explicó la doctora Natalia Martín, una investigadora rosarina becaria posdoctoral de la Unidad de Investigaciones Bacteriológicas del Centro Médico de la Universidad Duke, en EEUU, que dirige el científico mendocino Alejandro Aballay.
Una línea de investigación, que está cobrando fuerza en los últimos años, busca identificar las vías directas de comunicación “que le permiten al sistema nervioso llamar al sistema inmune para coordinar la respuesta a patógenos infecciosos”, dijo Martin.
En 2008, el doctor Alballay y sus colegas publicaron en la prestigiosa revista Science un trabajo que demostró el modo en que un gen, NPR-1, conecta el sistema nervioso con el sistema inmune en el gusano Caenorhabditis elegans. Desde entonces varios de sus trabajos han sido difundidos en otras publicaciones de importancia mundial.
“Para entender cómo funciona la relación entre el sistema nervioso y el inmune, trabajamos con el gusano, que tiene solo 302 neuronas similares a las humanas y se pueden visualizar in vivo para ver cómo responden a diferentes estímulos”, explicó Martin, quien se está especializando en EEUU con el apoyo de la Fundación Pew Charitable Trust, una ONG que la eligió “investigadora biomédica del mes” por la creatividad y originalidad de su trabajo.
El año pasado, un grupo de investigación estadounidense reportó el primer ensayo clínico exitoso en el que la aplicación de electrodos que estimulan al nervio vago se utilizó para tratar pacientes con artritis reumatoide, una enfermedad autoinmune.
“En el laboratorio del doctor Aballay hay proyectos que se enfocan en la búsqueda de compuestos químicos que puedan modular la comunicación neuro-inmune. Sabemos que cuando el sistema inmune no está rigurosamente controlado, los resultados pueden ser muy nocivos”, concluyó Martin.
Fuente: Agencia CyTA-Instituto Leloir