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Estudian si dos pacientes se curaron o no del VIH tras trasplante de médula

Dos personas podrían haber sido curadas del VIH después de un trasplante de médula ósea para tratar un cáncer, según un estudio difundido durante la XIX Conferencia Internacional sobre el Sida, que finaliza el 27 de junio en Washington.

El estudio, liderado por el doctor Daniel Kuritzkes del Hospital de Mujeres de Brigham en Boston, Massachusetts, analizó la evolución de dos pacientes infectados de VIH que se sometieron a un trasplante de médula ósea tras detectarles un cáncer.

Los individuos, infectados durante años, se habían sometido a la terapia antirretroviral que suprimió por completo la reproducción del VIH, aunque tenían el virus latente antes del trasplante, según el estudio.

Ambos recibieron una forma más leve de la quimioterapia antes de la intervención, lo que les permitió permanecer en sus medicamentos para el VIH durante todo el proceso del trasplante.

Según el estudio, los médicos detectaron el VIH inmediatamente después del trasplante pero, con el tiempo, las células trasplantadas del donante sustituyeron a los propios linfocitos de los pacientes, y la cantidad de virus de inmunodeficiencia humana en el ADN de sus cédulas disminuyó hasta el punto que se hizo indetectable.

Un paciente ha recibido seguimiento por casi dos años después de su trasplante y el otro durante tres años y medio, y «no hay rastro del virus», informó la organización en un comunicado.

“Cuando la persona está en tratamiento, la multiplicación del virus es mínima y proviene de los reservorios. Como aparentemente estos pacientes siguen en tratamiento antirretroviral, las células nuevas no pudieron ser infectadas porque no hay virus disponible, o lo hay en cantidad despreciable. Entonces se puede estar consiguiendo que los reservorios se pierdan con el paso del tiempo y no haya nuevas infecciones porque la cantidad de virus es cada vez menor”, afirmó a DocSalud.com el doctor Jorge Benetucci, profesor de infectología de la UBA y consultor de Helios Salud.

El caso recuerda al de Thimothy Brown, conocido como «el paciente de Berlín», que dejó de tomar los antirretrovirales para someterse a un complicado tratamiento con células de un donante para combatir una leucemia mieloidea. Posteriormente, su organismo no dio nuevos signos de VIH.

No obstante, los expertos señalan que, a diferencia de Brown, que recibió células madre del tipo denominado CD4, que no poseen el receptor CCR5 -necesario para que el virus se propague por el organismo-, los dos pacientes en el estudio recibieron células comunes.

«Creemos que la administración continua de una terapia antirretroviral que protege a las células del donante de infectarse del VIH, mientras eliminan y sustituyen a las células de los pacientes, es efectiva para eliminar el virus de los linfocitos de la sangre de los pacientes», indicaron los expertos.

Aún así, los médicos se mantienen cautelosos, y a la pregunta de si podrían considerar que los pacientes están curados, Kuritzkes señaló: «estamos siendo muy cuidadosos en no hacer eso», según declaraciones recogidas por MSNBC.

De momento, los dos hombres están tomando fármacos antirretrovirales hasta que se les puedan ir retirando bajo condiciones experimentales.

«No estamos diciendo: Son como el ‘paciente de Berlín'», señaló Kuritzkes. Los dos hombres no fueron identificados por razones de privacidad pero, según MSNBC, uno de ellos está en la cincuentena y fue infectado en la década de los ochenta, mientras que el otro tiene 20 años y fue infectado al nacer.

«Nunca vamos a ser capaces de hacer trasplantes de médula ósea en los millones de pacientes que están infectados», señaló Kuritzkes, pero «si puedes estimular el virus y eliminar esas células, podemos proteger las células restantes de la infección».

Benetucci coincide que “el trasplante de médula no es una terapéutica que se pueda usar masivamente en cualquier persona. Estos pacientes y el de Berlín tenían una leucemia y además hay que tener en cuenta que previamente se les debe realizar quimioterapia, que en general es muy agresiva. Y a veces algunos pacientes mueren en esa etapa, por ejemplo, por infecciones”.

“Lo importante es conseguir frenar la multiplicación del virus lo más posible para que las células infectadas que vayan quedando se destruyan con el paso del tiempo sin poder ser reemplazadas por otras, ya que no hay virus para infectarlas. Esa estrategia nosotros pensamos que se puede producir sólo por el tratamiento antirretroviral, lo que pasa es que, calculando lo que viven esas células latentes, se necesitarían unos 60 años de tratamiento para que el paciente se pueda librar del virus. A lo mejor necesitamos un procedimiento que pueda tener plazos más cortos. Estos casos muestran un camino a seguir que, con algunas nuevas modalidades, podría llevar a la curación, la cual, por lo que vemos, no es imposible”, concluyó el experto de Helios.

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