Un nuevo estudio llevado a cabo con 3.800 voluntarias concluyó que los vibradores son más útiles de que se piensa, ya que no sólo aumentan la excitación y la latencia de los orgasmos de hombres y mujeres, sino también ayudan a “estrechar los lazos” con la pareja. A su vez, son recomendados por los médicos para pacientes con anorgasmia, trastorno del deseo sexual, o problemas tras tratamientos oncológicos.
Participaron de la investigación adultas de entre 18 y 68 años, que constataron que el uso de estos aparatos eléctricos les mejoró la función sexual, además de promover en ellas comportamientos saludables.
Debra Herbenick, del Centro de Promoción de la Salud Sexual en la Universidad de Indiana, EEUU, es la autora principal del trabajo, que se publica en Journal of Sexual Medicine. Su equipo realizó cuestionarios con todas las participantes, en las que se trató de establecer su estado de salud general, sus comportamientos sexuales, el uso de vibrador y sus posibles efectos secundarios. También se valoró la edad, si tenían hijos o estaban casadas, entre otros factores.
Los datos revelan que la mayoría (un 52%) reconoció haber usado un vibrador.. Otros puntos relevantes son los que hacen referencia a que el 83% lo empleaba para estimular el clítoris, mientras que el 64% lo usaba en el interior de su vagina.
Las diferencias entre las que recurrían a este “juguete erótico” y las que no en el terreno de la mejor función sexual fueron claras. «Las usuarias puntuaban más elevado en excitación, orgasmo, lubricación y menos dolor que las no que no lo eran», determinan los investigadores.
El equipo recalcó además que las integrantes del grupo de usuarias tendían más a visitar al ginecólogo con regularidad y a realizarse autoexámenes de mama con más frecuencia.
Y todo sin apenas efectos secundarios. De hecho, la mayoría (71%) aseguró que nunca había tenido un problema con su vibrador, aunque el 16% experimentó entumecimiento de los genitales por al menos un día o más.
«Los datos sugieren que bajo condiciones normales de uso, son dispositivos seguros», indicaron los científicos para luego agregar que «el estudio demuestra por primera vez y de forma científica que un amplio y variado grupo de mujeres emplea el juguete erótico, lo que se relaciona con comportamientos saludables (acuden al ginecólogo y se autoexaminan las mamas), una función sexual positiva y relativamente pocos efectos secundarios».
Estos juguetes eróticos se utilizan de formas distintas. «Individualmente o en pareja, con lubricante o con preservativo. Aunque no se recogieron datos sobre si las mujeres los comparten con otras personas, el posible riesgo de transmisión sexual en esos casos existe, por lo que los médicos deben hablar con sus pacientes de la necesidad de emplear preservativo o de no compartirlos», recalcaron los científicos.