Un sistema de alimentación basado en comida abundante seguida de episodios de hambre genera un aumento de un gen que promueve la longevidad, según un estudio estadounidense divulgado este viernes por científicos de la Universidad de Florida (UF).
El trabajo arrojó que este sistema puede tener los mismos beneficios que los que procura el ayuno y también que los suplementos alimenticios pueden contrarrestar los efectos beneficiosos de esta dieta.
«La gente no quiere comer poco durante toda la vida, por lo que empezamos a pensar en el concepto de ayuno intermitente», dijo Martin Wegman, de la Facultad de Medicina de la UF y coautor del artículo.
El estudio, en el que también participó Michael Guo, del programa de genética de la Facultad de Medicina de Harvard, midió los cambios de peso de los participantes, la presión arterial, la frecuencia cardíaca, los niveles de glucosa y colesterol y las respuestas de los genes y células.
Al final, explicó Guo, «encontramos que el ayuno intermitente causó un ligero aumento de SIRT 3, un gen conocido que promueve la longevidad y participa en las respuestas celulares de protección».
La SIRT3 pertenece a una clase de proteínas llamadas sirtuinas, que se activan cuando hay más radicales libres producidos en el cuerpo.
«La hipótesis es que si el cuerpo está expuesto de forma intermitente a bajos niveles de estrés oxidativo, se puede construir una mejor respuesta a eso», dijo por su parte Wegman.
Además, los científicos encontraron que el «ayuno intermitente» disminuye los niveles de insulina en los participantes, lo que significa que la «dieta podría tener un efecto antidiabético también».
El ensayo clínico examinó a 24 participantes durante un período de tres semanas, en el que alternaron un día comiendo el 25 % de su ingesta diaria de calorías con otro con el 175 %.
Al final de las tres semanas, los investigadores hallaron que las proteínas sirtuinas beneficiosas como SIRT 3 y SIRT1 «tendieron a aumentar como resultado de la dieta».
Sin embargo, cuando los «antioxidantes se emplearon, como parte de la dieta, algunos de los aumentos de las proteínas desaparecieron».
En los días de ayuno, los participantes en el estudio, que comían alimentos como carne asada y salsa, puré de papas, galletas Oreo y sorbete de naranja, ingirieron sólo una comida.
En los días de banquete, los participantes comieron panecillos con queso crema, harina de avena endulzada con miel y pasas, sandwiches de pavo, salsa de manzana, espaguetis con pollo, yogur y refrescos, además de tarta de limón, barras de Snickers y helado de vainilla.
«La mayoría de los participantes encontró que el ayuno era más fácil que el día de banquete, lo que fue un poco sorprendente para mí. En los días de festejos, tuvimos algunos problemas para darles las calorías suficientes», apuntó Guo.