Un equipo médico del hospital provincial Güemes de Haedo, provincia de Buenos Aires, extrajo con éxito un tumor ovárico de 25 kilos a una mujer de 42 años. La paciente, oriunda de La Matanza, salió del quirófano con un peso de 110 kilos, casi 30 menos de los que tenía cuando entró al hospital.
El tumor gigante abarcaba todo el abdomen y formaba una pelota aparte, a la altura del ovario, que le caía sobre la pierna derecha. Por las dimensiones de la protuberancia, el caso resulta el más grande del que se tiene registro en el país.
“En casi 30 años de cirujano nunca vi un tumor de semejante tamaño”, dijo el doctor Alberto Kiplizlian, responsable de la operación . El médico calculó que esa formación tumoral tenía unos 4 años de evolución.
La protuberancia estaba formada por una especie de cápsula sólida que pesaba unos 10 kilos. Adentro contenía 15 litros de un líquido viscoso y sanguinolento que los médicos drenaron poco a poco con un aspirador
La paciente, de nombre Graciela, había llegado sin aire a la guardia del hospital el 21 de enero de este año. Pensaba que ese vientre prominente que tanto le molestaba era producto de una antigua eventración que sufrió como consecuencia de una operación anterior, por un cuadro de peritonitis.
La formación le presionaba el diafragma y los pulmones, así que respirar y movilizarse le resultaba casi imposible. Por eso, cuando la internaron tuvo que pasar 25 días con suministro de oxígeno.
Cuando llegó al hospital Güemes, los médicos de guardia quedaron azorados frente a semejante cuadro: al tumor se sumaba que la mujer era obesa, tenía diabetes, hipertensión, hipotiroidismo, anemia y falta de potasio.
De inmediato quedó internada y le comenzaron a realizar los estudios y tratamientos para compensarla, requisito indispensable para someterla a una cirugía. Recién cuando los médicos tuvieron bajo control las enfermedades de base pudieron ingresarla en el quirófano.
Hoy, Graciela se encuentra en su casa de San Justo donde evoluciona favorablemente.