Tres compañías farmacéuticas cooperarán con el Gobierno de Estados Unidos y organizaciones sin fines de lucro para probar cinco fármacos experimentales para el cáncer de mama, con el fin de acelerar su lanzamiento al mercado.
Un grupo de expertos conducirá un ensayo, llamado Investigación de Estudios Seriales para Predecir la Respuesta Terapéutica con Análisis por Imágenes y Molecular, o I-SPY2, con el fin de usar ADN para detectar cuál es el mejor fármaco para cada persona, y por ende, detectar qué enfoques no servirán o serán demasiado tóxicos.
«Las pacientes van a obtener lo último y lo mejor en términos de fármacos personalizados», dijo Anna Barker, vicedirectora del Instituto Nacional del Cáncer. Luego pronosticó que el estudio aborda «el tema del futuro de la investigación»..
En un acontecimiento poco común, las compañías acordaron compartir información sobre el uso de genes para predecir las respuestas de las pacientes, como parte del Biomarkers Consortium, que incluye a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) y a los Institutos Nacionales de la Salud.
«I-SPY 2 proveerá un camino hacia la medicina personalizada», declaró la doctora Laura Esserman, cirujana de cáncer mamario de la University of California, quien ayudó a conducir los ensayos clínicos. Por último, Barker pronosticó que este enfoque «se podría aplicar a distintas enfermedades y otros tipos de cánceres».
El estudio asignará a las mujeres uno de los cinco fármacos experimentales. Serán evaluados después de que se obtengan pequeñas muestras de tejidos, llamadas biopsias. Antes de que lleguen a la cirugía, serán tratadas con uno de los medicamentos para ver si éstos colaboran con evitar la propagación del tumor.