El Gobierno de EEUU pidió a la población que adelgace por el bien del país, al publicar una lista actualizada con recomendaciones nutricionales que hace hincapié en la necesidad de bajar el consumo de sal, azúcar y grasas saturadas.
La «Guía dietética» incluye 23 consejos para la población general y seis recomendaciones adicionales para grupos específicos, como personas con enfermedades cardiovasculares y las embarazadas.
Los estadounidenses tienen que adelgazar para reducir el riesgo de las enfermedades crónicas y tienen que mejorar sus hábitos de comida «no sólo por el bien de cada individuo y familia, sino de todo nuestro país», señaló la secretaria de Salud y Servicios Humanos de EEUU, Kathleen Sebelius.
«Una dieta que lleve a un menor consumo de calorías, la toma de decisiones bien informadas acerca de las comidas y más actividad física pueden ayudar al mantenimiento de un peso saludable y la reducción de las enfermedades crónicas», agregó.
EEUU tiene un índice de obesidad promedio en torno al 26 o 27% – Misisipi y Colorado, con 34,4 y 18,6% son los dos extremos-, según cifras oficiales de 2009. El panorama es preocupante también en el terreno de las enfermedades crónicas: el 37% de la población padece males cardiovasculares, el 16% tiene niveles elevados de colesterol, el 34% padece hipertensión y casi el 11% de los mayores de 20 años sufre diabetes.
En términos generales la «Guía Diétetica» insiste en la necesidad de consumir menos azúcar, sal y grasas, y más frutas, vegetales y granos enteros. Se recomienda que las personas mayores de 51 años, los negros y quienes tengan problemas cardiovasculares, diabetes o problemas renales limiten su ingesta diaria de sal a poco más de la mitad de una cuchara de té. Para el resto de la población la ingesta diaria recomendada sigue siendo de unos 2.300 miligramos, esto es una cuchara de té.
La mayor parte de la población del país consume sal en exceso. Las mayores fuentes individuales de sodio en la dieta cotidiana son, por su orden, los panes, las comidas con carne de pollo, la pizza, las pastas, los fiambres, los condimentos, las tortillas y tacos, los embutidos, el queso y las sopas precocidas.
El gobierno recomienda, asimismo, una reducción de la ingesta diaria de grasas hidrogenadas (conocidas también como grasas trans), del azúcar y de su consumo de alimentos que contienen colesterol a unos 300 miligramos diarios. La mayor fuente de azúcares añadidas a la dieta estadounidense son las bebidas gaseosas, señaló el informe.
Se aconseja incrementar el consumo de frutas y vegetales, en especial verduras de color verde oscuro, rojo y anaranjado, granos integrales, leche con bajo contenido de grasas.
Para la obtención de proteínas se recomienda la ingesta de pescado, carnes blancas y con bajo contenido de grasa, soja y nueces y semillas.
El secretario de Agricultura, Tom Vilsack, indicó que el propósito de la Guía Dietética, que el gobierno actualiza cada cinco años, es «resumir el conocimiento acerca de los componentes nutritivos de la comida».
Pero el funcionario reconoció que la modificación de los patrones de consumo y dietas de la población «es algo que llevará tiempo». «Si no encaramos ya la epidemia de obesidad, en especial en nuestros niños, veremos un incremento significativo de los costos del cuidado de la salud en años venideros», agregó.