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“Hasta un 2% de los pacientes con autismo podrían tener mutaciones en un gen”

Dr. Marcelo Kauffman. (Foto: Conicet)

Científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) realizaron un importante descubrimiento en el diagnóstico del autismo, ya que secuenciaron y decodificaron el genoma de tres hermanos que lo padecen y que también tienen epilepsia. Durante el procedimiento hallaron una alteración genética que podría ser la responsable del trastorno. El estudio, que fue publicado por la prestigiosa revista PLoS One, identificó una variación en el gen SHANK3 en estos tres niños, todos pacientes del neurólogo Marcelo Kauffman, quien junto con  el químico especialista en bioinformática Adrián Turjanski y el biólogo molecular Manuel Vázquez, lideraron el estudio que por ahora tiene fuerte implicancias diagnósticas, pero que más tarde podría emplearse para avanzar en tratamientos. DocSalud.com contactó a Kauffman, quien atendía a los tres pequeños en el Hospital Ramos Mejía y que brindó detalles sobre este hallazgo.

Periodista: ¿Cuáles fueron los pasos a seguir desde el inicio de la investigación hasta hallar la alteración genética en estos tres hermanos con autismo y epilepsia?

Marcelo Kauffman: Esta publicación es la consecuencia de un trabajo que se inicio en el 2013 y que oportunamente fue comunicado por el Ministerio de Ciencia, Técnica e Innovación Productiva (MinCyT). En un comienzo se puso a punto la tecnología de secuenciacion genómica en el nodo INDEAR en Rosario bajo la dirección del doctor Martin Vázquez y del procesamiento de datos en la plataforma de Bioinformatica bajo la dirección del doctor Adrian Turjanski. Durante el 2014 trabajamos en la interpretación médica de la información genómica obtenida. Siguiendo un proceso de análisis basado en la frecuencia poblacional de las variantes, su impacto funcional, su coexistencia en los tres hermanos afectados y su localización en grupo de alrededor de 200 genes candidatos en el trastorno en estudio, pudimos identificar una mutación en el gen SHANK3 como la causa del trastorno en esta familia.

P: ¿Cómo fue la reacción de la familia de los chicos cuando supieron el hallazgo? ¿Tienen aún contacto con ellos?

M. K.: Como sucede muchas veces con las familias afectadas por trastornos poco frecuentes, acuden a la consulta con una gran carga de ansiedad por tantos años de visitas al médico y la dificultad en la identificación de la causa del trastorno en un proceso que se conoce como Odisea Diagnóstica. Lograr identificar la causa genética de estos trastornos tiene un efecto liberador o morigerador de esa angustia. En esta familia también observamos esa respuesta. Nuestra mayor intervención con ellos fue en las primeras etapas de diagnostico. ¨Posteriormente tenemos un seguimiento periódico, aunque menos frecuente.

P: ¿Cuáles son las principales implicancias de su hallazgo y sus posibles aplicaciones a futuro?

M.K.: Las implicancias directas son diagnósticas, en el sentido que en casos particulares de tipos de trastornos del espectro autista, utilizando estas herramientas genómicas uno podría identicar la causa genética causal. Con respecto a la terapéutica, no tiene todavía implicancias inmediatas. Si, hay compuestos en investigación clínica que podrían tener un efecto sobre las consecuencias que en la conectividad neuronal las alteraciones en SHANK3 producirían. Pero todavía es prematuro para saber si serán efectivos o no en estos pacientes.

 P.: ¿De qué manera está alterado el gen SHANK 3 en estos hermanos y cuál es su consecuencia?

M.K.: Es una mutación que produce la aparición de una señal de stop prematura que lleva a una proteína trunca y con menor funcionalidad. Las consecuencias estimadas, a partir de lo conocido por otros trabajos en la literatura, es que alteraría la conectividad neuronal y la neurotransmisión glutamatérgica.

P.: El caso de los tres hermanos es raro, porque además tienen epilepsia y los tres sufren de lo mismo ¿Qué porcentaje de personas con autismo puede beneficiarse de un estudio genómico?

M.K.: Es difícil precisarlo, solo podría decir que hasta un 2% de los pacientes con trastornos del espectro autista y retraso mental severo podrían tener mutaciones en SHANK3.

P.:  ¿Están buscando crear una base de datos genómicos de enfermedades raras? ¿Cómo planean hacerlo?

M.K.: Lo tenemos como proyecto de trabajo conjunto con la Plataforma de Bioinformatica, y la participacion de otros investigadores en el campo de la genética de los trastornos poco frecuentes.

* El Dr. Marcelo Kauffman es Jefe del Consultorio y Laboratorio de Neurogénetica de la Division Neurologia del Hospital Dr. J.M. Ramos Mejía, Investigador del Conicet en el Instituto de Robertis en la  Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) e Investigador del Consejo en Investigación en Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

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