Sabemos que el tabaquismo es una de las mayores amenazas para la salud pública y la primera causa de mortalidad prevenible en nuestro país, pero ¿cuántos fallecimientos provoca anualmente en Argentina, ya sea por cáncer o por enfermedades cardíacas y respiratorias? “40 mil muertes por año es una cifra de 2000, ahora debe haber muchas más, pero nadie lo ha investigado ni actualizado esos datos”, observa el doctor Raúl Mejía, coordinador de la flamante Área de Control del Tabaco del Instituto Nacional del Cáncer (INC), en diálogo con DocSalud.com.

Sin duda, para poder desarrollar e implementar políticas públicas integrales que protejan a la población de los efectos del humo del tabaco se necesitan datos locales. Así, los estudios científicos, encuestas y relevamientos que se realizan en un país permiten acceder a información valiosa acerca de su población, actitudes y problemáticas específicas. En este sentido se destaca la Encuesta Mundial de Tabaquismo en Argentina (EMTA) de 2013 que reveló que fuma el 22% de la población, con un promedio de 12 cigarrillos por día y que hay más fumadores varones que mujeres.

De este modo, es clave el rol de esta nueva área del INC, ya que promoverá y relevará la producción de conocimiento científico local para contribuir en la formulación de leyes y otras medidas destinadas a la prevención y control del tabaquismo. Por ejemplo, un estudio reciente del doctor Jonatan Konfino, coordinador del Programa Nacional de Control del Tabaco, demuestra que la Ley Nacional que controla el consumo de esta sustancia evitará en nuestro país 7.500 muertes por patologías cardiovasculares, 16.900 infartos y 4.300 accidentes cerebrovasculares en los próximos 8 años.

Conocer para proteger

Periodista: ¿Cómo colaborará esta nueva área con el Programa Nacional del Control del Tabaco?

Dr. Raúl Mejía: Cubriendo diferentes sectores de la problemática, lo que va a contribuir a que la gente fume menos. Por otro lado, existe una vinculación muy directa entre el tabaco y diferentes tipos de cáncer por eso estaba muy claro que el INC debía contar con esta área. Uno de los objetivos más importantes es generar información que le sea útil al Ministerio de Salud, recopilando la que ya está publicada o desarrollando otras investigaciones, por ejemplo, sobre advertencias sanitarias, evaluando las ilustraciones de los paquetes de cigarrillos para conocer cuáles son las más eficaces para desalentar que la gente fume. También haremos investigaciones sobre cuál es el efecto de subir los precios para ayudar al gobierno a decidir cuánto tiene que incrementarlos. No tendremos un rol de control si no que estudiaremos si se está cumpliendo la ley en los puntos de venta o en quioscos y cuál es la percepción de la gente sobre el cumplimiento.

P.: Usted publicó diversos trabajos de investigación sobre el tabaco, su promoción y venta, ¿qué nos podría decir sobre nuestra situación actual?

R.M.: La publicidad en los puntos de venta es muy importante y se usan estrategias como que los quioscos no tengan paredes para que los anuncios se vean desde afuera. Eso está prohibido con la nueva reglamentación y, cuando se implemente de forma activa, van a tener que suspender este tipo de publicidad. Nosotros haremos otras investigaciones para conocer qué otras estrategias usan las tabacaleras para promocionar sus productos en los quioscos.

P.: ¿Se planea hacer algún estudio para saber si la gente conoce cómo incide el tabaquismo en distintas enfermedades?

R.M.: En realidad la gente sabe mucho más de lo que se cree sobre el daño que ocasiona el tabaco, el problema es que se trata de una adicción que se encuentra naturalizada.

P.: La gente conoce los riesgos pero prueba y consume igual.

R.M.: Eso pasa, por ejemplo, con los chicos, ellos saben que hace mal, pero ocurre que fuman los padres, sus personajes favoritos en la tele o sus compañeros y, encima, es fácil conseguir cigarrillos en los quioscos. Hay investigaciones importantes que muestran que la gente de menor nivel socioeconómico tiende a fumar más ya que la propaganda de las tabacaleras se dirige más a las personas con bajos recursos. También se estudian otros mecanismos que están empezando a explotar esas compañías para promocionar sus productos y estimular a los adolescentes a fumar, como publicidad en internet, a través de redes sociales o del cine.

P.: Se atrae al público más joven incentivando que se comience a una corta edad.

R.M.: Exacto, porque esa es la edad en la que se generan las adicciones. Para proteger a los jóvenes, particularmente a los de menor nivel socioeconómico, es necesario incrementar los precios del tabaco.

P.: De ahí la importancia de la reciente reglamentación de la Ley.

R.M.: Sí, además de no vender cigarrillos a menores hay que subir el precio.

Capacitación a investigadores

El doctor Mejía es, además, investigador titular del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES), donde implementó el programa de entrenamiento en Mentoría y Liderazgo del International Development Research Centre del Canadá (IDRC) para la Investigación en Control de Tabaco en Argentina.

P.: ¿Cómo fue la experiencia argentina en la implementación de esta Mentoría?

R.M.: Si bien la mentoría como mecanismo de formación es muy común en las universidades de Estados Unidos, Canadá y Europa, no era muy usada en Argentina. Nosotros replicamos el modelo con un tutor que provee una asistencia más integral, no sólo técnica. La experiencia fue bastante buena, de hecho el doctor Konfino fue una de las personas que se entrenó dentro del proyecto, y del programa salieron exponentes que se desempeñan en distintas áreas estratégicas. Es importante formar gente localmente, algo fundamental para generar información del propio país.

P.: ¿Hay otras experiencias similares en la región?

R.M.: En Guatemala y en Chile, y todos estos grupos trabajamos dentro de la Coalición Canadiense para la Investigación en Salud Global (CCGHR por siglas en inglés), una institución internacional de la que participamos nueve países del mundo.

P.: Se acerca el Congreso de Tabaco, ¿cuáles son las expectativas?

R.M.: Es un buen espacio para reunir a todos los investigadores e intercambiar opiniones sobre cuáles son las líneas que hay que priorizar en el país.