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La importancia de la nutrición en la fertilidad

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el equilibrio bio-psico-social, que debe ser procurado a través de una alimentación suficiente y de calidad, factor que ejerce una influencia importante sobre la fertilidad. Las comidas de mala calidad nutricional pueden reducir las reservas de sustancias nutritivas necesarias para que los sistemas reproductivos, tanto de la mujer como del hombre, puedan trabajar correctamente. Comer mal y tener sobrepeso son los dos factores que pueden tener mayor influencia en los problemas de fertilidad. 

 

“Es importante que todas las parejas que comiencen con la búsqueda de un embarazo realicen una evaluación de su alimentación y de esta manera poder detectar a tiempo si existe o no algún desorden nutricional que esté afectando su fertilidad”, afirmó la Lic. Lucía Molina, a cargo del Departamento de Nutrición de Halitus Instituto Médico.

Entre los nutrientes que favorecen la fertilidad se encuentran los antioxidantes, que son aquellos elementos cuya función es eliminar del cuerpo los radicales libres que se producen como resultado de la oxidación celular. Si bien un número limitado y controlado de estos elementos son necesarios en el organismo, cuando la cantidad de radicales libres aumenta y se inestabiliza altera el ADN de las células, impide la renovación celular o modifica su normal funcionamiento. “Para evitar la aparición de radicales libres, es necesario por un lado, evitar aquellos elementos externos que aumentan el número de radicales libres como la ingestión de tóxicos -drogas, alcohol, tabaco- y ciertos alimentos ricos en grasas de origen animal. Pero además resulta imprescindible seguir una alimentación rica en productos vegetales, capaces de neutralizar sus efectos perjudiciales”, sostiene la especialista.

¿Cuáles son alimentos que proveen antioxidantes? Betacarotenos  (proveen vitamina A y se encuentran principalmente en zanahoria, espinacas, calabaza, albahaca, tomate); vitamina C (se encuentran en pimientos, tomates y cítricos), Licoperno (se encuentra en el tomate), vitamina E (aceites vegetales, vegetales de hojas verde, semillas, nueces), Cobre (frutos secos y legumbres), Zinc (apio, espárragos, germen de trigo, berenjenas, etc.) y Selenio (ajo, cebolla, carnes magras).

Otro de los elementos que cobró importancia en el estudios relacionados a la nutrición y fertilidad son los ácidos grasos omega 3. Los ácidos grasos esenciales (AGE), ácidos linoleico y alfalinolénico, así como sus derivados de cadena más larga, muy especialmente los ácidos grasos araquidónico, eicosapentaenoico (EPA) y docosahexaenoico (DHA), forman parte de las membranas de todos los tejidos y son precursores de prostaglandinas, tromboxanos, leucotrienos y otros eicosanoides de gran importancia fisiológica.

 

Según investigadores de la Universidad de Illinois, la infertilidad masculina puede ser tratada con la Omega 3 ácidos grasos. Los científicos encontraron que los ratones que carecían del ácido docosahexaenoico (DHA) eran básicamente estériles. Sin embargo, al introducir DHA a la dieta de los ratones, la fertilidad fue restaurada completamente. El consumo de pescado graso supone, indiscutiblemente, “la mejor forma de aportar ácidos grasos omega 3 a través de la dieta”, destacó Molina.

Otro factor relevante es el peso. Para ser capaz de reproducirse el cuerpo debe almacenar una cantidad mínima de grasa y es por esta misma razón que las adolescentes necesitan –entre otros factores- esa acumulación para que comiencen sus períodos menstruales. “Demasiado ejercicio físico o el hecho de ser demasiado delgada puede generar una disminución de esa acumulación de grasa y por lo tanto, que los períodos menstruales cesen. Es importante destacar que el peso corporal no siempre refleja la cantidad de grasa que un cuerpo contiene y que una mujer cuyo índice de masa corporal es menor a 17 tiene mayor probabilidad de que sus períodos sean más irregulares, comparada con las mujeres con un peso adecuado para su talla. En el hombre también la escasa cantidad de grasa corporal puede afectar los niveles de testosterona. Por otro lado, el exceso de grasa en el cuerpo suele estar asociado en la mujer con períodos largos entre menstruaciones – de 35 días o más-, falta de menstruación e infertilidad. El sobrepeso, eleva ciertas hormonas por encima de los niveles normales, y esto puede inhibir la ovulación”, sentencia Molina.

 

Por su parte, el Dr. Sergio Pasqualini, Director médico de Halitus sostuvo: “el subir o bajar de peso, ya puede expresarse en una alteración de la ovulación o en la producción de espermatozoides y es por eso que cada vez se le da más importancia a estar bien nutrido, y al peso ideal y a la actividad física. Es importante, lograr una dieta sana y equilibrada, con los nutrientes necesarios y adecuados para cada persona. Es por eso, que es fundamental el seguimiento del especialista adecuado en estos casos, sobre todo si el tema de una mala alimentación está afectando el logro de un embarazo ”.

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