La inmunoterapia tumoral, que permite al sistema inmunitario combatir el cáncer, se afianza ya como un tratamiento estándar contra el melanoma, dejando a un lado la quimioterapia, y pronto lo será para otros tipos de cáncer, aseguró el investigador español Antoni Ribas.
«Vamos a progresar bastante en poco tiempo», pronosticó este hematólogo y oncólogo en una entrevista telefónica con la agencia Efe desde Los Ángeles, EEUU, donde investiga, hace 19 años, el melanoma, el cáncer de piel más agresivo.
«Hace dos años la investigación nos decía que habíamos avanzado lo suficiente para pensar que la inmunoterapia se uniría a los tratamientos de cirugía, radioterapia y quimioterapia. Ahora está claro que ya es un tratamiento estándar para el melanoma y, dentro de poco, lo será para otros cánceres», afirmó Ribas.
El científico destacó que la investigación está más avanzada en cáncer de pulmón, de vejiga y en linfoma de Hodgkin, «pero las posibilidades de que funcione en otros está ahí».
Desde el Jonsson Comprehensive Cancer Center de la Universidad de California y con motivo del Día Mundial contra el Cáncer, el 4 de febrero, el oncólogo analiza los grandes avances en oncología y en inmunoterapia en particular.
«Intentábamos estimular el sistema inmune para atacar el cáncer, pero descubrimos que no hay que estimularlo, sino que hay que quitarle los frenos que le impiden atacar. Frenos provocados por moléculas como PD-1 y PD-L1» dijo.
Según Ribas, con ello se obtiene respuestas de disminución del cáncer a largo plazo «de un tercio de pacientes con melanoma, de un quinto de pacientes con cáncer de pulmón y hasta más del 80% en enfermedad de Hodgkin».
La inmunoterapia es más eficaz en aquellos tipos de cáncer provocados por alteraciones genéticas y de origen vírico, ya que el sistema inmune tiene que reconocer al cáncer y diferenciarlo de las células normales.
«Esto es más probable si hay un virus dentro del cáncer, como en los de vejiga y de cérvix y como el causado por el papiloma humano. Y también en los casos de cáncer inducidos por carcinógenos, como el tabaco o los rayos ultravioletas del sol, que provocan alteraciones genéticas», afirma el doctor.
«La mayoría de los pacientes que responden a los bloqueantes del PD1 y PD-L1 tienen beneficios que ahora se están contando en años. Pero aún estamos al principio de esta terapia, aún no sabemos si curamos. Es un tratamiento muy nuevo que debe seguir más tiempo», explicó.
En relación a la combinación de la inmunoterapia con otros tratamientos como las terapias dianas, reconoció que emplear ambas para algunos cánceres «son el tratamiento estándar y no la quimioterapia».
Preguntado por la posibilidad de que la «mala suerte» influya en la aparición de un cáncer, a raíz de un estudio aparecido en la revista «Sciencie», reconoce que hay factores que no controlamos y que la genérica y la exposición ambiental no lo es todo.
No obstante, insistió en que «hay peor suerte si la buscas, si fumas tendrás más probabilidad de tener la mutación que lleva al cáncer de pulmón, aunque si no fumas también puede pasar, pero es menos probable. La idea de que es todo mala suerte, tampoco es verdad, la suerte la buscamos nosotros».