Además del pan dulce, la garrapiñada y los turrones, la llegada de un nuevo año se suele festejar con alcohol y fuegos artificiales. Pero el uso irresponsable de la pirotecnia puede producir accidentes graves, quemaduras e importantes pérdidas materiales. En los festejos del 24 y 25 de diciembre pasados, murió un joven de 27 años y hubo más de 200 heridos. En declaraciones a la agencia Télam, el jefe de guardia del Hospital Oftalmológico Pedro Lagleyze, Pablo Véntola, dijo que «la mayoría de los accidentados son chicos”, por lo que está fallando el control de los adultos. “Los niños no tienen noción de los riesgos y de las lesiones, y ese es el rol de los grandes», acotó.
«Si los padres no controlan qué pirotecnia compran sus hijos y cómo la usan pasan estas cosas, y hay algunas que no pueden recuperarse porque son lesiones irreversibles, como la pérdida de un ojo», completó Véntola.
Según el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, entre Navidad y Año Nuevo se atienden más de 300 accidentados en los hospitales provinciales. Los casos más frecuentes son las quemaduras en las manos, la cara y los ojos. Además, la Asociación Argentina de Cirugía de la Mano informa que aproximadamente la mitad de las personas afectadas son menores de 15 años, lo cual revela la falta de supervisión de los adultos en los juegos de los niños.
Además de estas heridas graves, los cohetes o petardos pueden causar trauma acústico. El ruido que producen los explosivos supera los 120 decibles, por lo que si estalla cerca de un individuo, puede lesionar su nervio auditivo.
Fernando Pellegrino, jefe de guardia del hospital oftalmológico Santa Lucia, advirtió que también hubo varios accidentados a causa de los corchazos, al destapar una botella de alcohol espumante, y que «este es un problema que suele ser subestimado, pero causa tantas operaciones como la pirotecnia».
Cambiar una costumbre tan arraigada como la utilización de fuegos artificiales no es tarea fácil. Sin embargo, un dato alentador es que en los últimos años ha disminuido el número de accidentes debido a un mayor control en la venta de pirotecnia ilegal. Estos explosivos contienen pólvora blanca, un compuesto muy inestable que se detona ante una mínima fricción, sin necesidad de ser encendidos. Por lo tanto, es fundamental comprar artefactos aprobados, que contengan la inscripción “Autorizado por RENAR”, el Registro Nacional de Armas y Explosivos, e incluyan los datos del fabricante o importador.
Los especialistas coinciden en afirmar que la mejor pirotecnia es la que no se usa. Pero, en caso de utilizarla, se debe hacer con responsabilidad y sin poner en peligro a los niños. A continuación, recomendaciones para pasar un fin de año con alegría y sin sobresaltos.
Para prevenir accidentes
• No permitir el uso de pirotecnia a los niños.
• Si se utiliza, debe ser manejada únicamente por adultos con protección ocular y ropa no inflamable.
• Alejar a los chicos y no apuntar nunca a otras personas u hogares.
• Comprar siempre pirotecnia autorizada, que lleva la inscripción “Autorizado por RENAR” (Registro Nacional de Armas y Explosivos), y los datos del fabricante o importador.
• Colocarla en sitios aireados y sin riesgo de combustión, nunca en los bolsillos. No la exponga al calor.
• Lea y respete las indicaciones de uso de cada elemento.
• Si un artefacto no explota, jamás debe tocarse. Apáguelo con abundante agua y manténgase lejos.
• Evitar encender petardos con mechas cortas (un centímetro o menos), ya que no dan tiempo a quien los enciende de alejarse lo suficiente.
En caso de quemaduras
• Por fuego: lave la zona con agua fría y cúbrala con telas limpias y húmedas. Retire anillos, pulseras u otros elementos que causen presión sobre la zona quemada.
• En los dedos: sepárelos con gasas húmedas antes de vendarlos.
• Traslade al quemado al hospital o centro asistencial más cercano.
Pero nunca
• Aplique lociones, cremas, ungüentos, hielo, pasta de dientes, alimentos congelados o grasa.
• Remueva la piel resquebrajada ni reviente las ampollas.
• Aplique presión en la zona afectada