“Universalizar la inmunización contra la gripe es una necesidad, ya que esta es la enfermedad prevenible que más muertes causa”, sostuvo el presidente del la Fundación del Centro de Estudios Infectológicos (FUNCEI) Daniel Stamboulian, en el marco de la presentación de una vacuna trivalente con un novedoso dispositivo de administración, que permite una aplicación rápida, segura y sin dolor.
La Istivac ID cubre las cepas A/H1N1, A/H3N2 y B – las recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para ser aplicada en 2011- al igual que las tradicionales intramusculares. Sin embargo, al ser de administración intradérmica (sólo llega a los vasos de la dermis), no hay necesidad de que la aguja sea larga.
Precisamente, la microaguja de esta nueva vacuna se asemeja a la de la púa de los antiguos tocadiscos. De una medida de 1,5 mm, es diez veces más pequeña que las comunes.
Por otra parte, al ser la piel un órgano inmunocompetente, cuyos vasos sanguíneos facilitan el rápido intercambio celular, se necesita una menor cantidad de antígeno para estar protegido.
“Mientras que las dosis intramusculares necesitan 15 ug de antígeno dispuestos en 0, 5 ml de líquido, ésta sólo requiere 9 ug en 0,1 ml para ser efectiva”, sostuvo Roberto Debbag, director médico de Sanofi Aventis, en referencia a esta nueva inmunización, cuyo precio es de $120.
Agregó que si bien el producto hoy es un 30% más caro que sus pares intramusculares por su sistema de aplicación, “si su dispositivo de administración se populariza, a futuro podría ser incluso más económico, ya que se necesita menos medicamento”.
La Istivac ID está recomendada para personas de entre 18 a 59 años (por la cantidad de antígeno que posee) y según confirmó Debbag, el próximo año lanzarán una intradérmica con una dosis más alta para adultos mayores.
El presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), Pablo Bonvehí, también presente en el lanzamiento, recordó la importancia de la vacunación, principalmente la siguiente población: menores de 2 años; mayores de 65; embarazadas; puérperas con bebés de hasta 6 meses; profesionales de la salud; adultos con enfermedades pulmonares o cardíacas, inmunosuprimidos (como pacientes con VIH) y aquellos que conviven con personas con factores de riesgo.
A su vez, al igual que sus colegas Bonheví, se mostró esperanzado de que las tasas de vacunación aumenten, en especial “en aquellos que les temen a los pinchazos” y destacó la seguridad del dispositivo, ya que un émbolo deja cubierta la microaguja para ser descartada, lo que previene a pacientes y trabajadores de la salud de sufrir accidentes. Además, este mecanismo “garantiza la aplicación total de la dosis” y evita administraciones ilícitas.
Por su parte, Stamboulian destacó que la simple colocación de la vacuna le facilita la tarea a farmacéuticos y que incluso los diabéticos, acostumbrados a manipular agujas, pueden ser capaces de aplicársela ellos mismos.
Por otra parte, agregó que esta opción de administración superficial resulta ideal para los obesos mórbidos, “ya que muchas veces se hace difícil llegar al músculo de esta población con las jeringas tradicionales por el exceso de tejido graso”.