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Las prácticas estéticas no invasivas crecieron 800% en diez años

El bótox y otros materiales de relleno, como el ácido hialurónico, aplicaciones con láser, mesoterapia y radiofrecuencia son algunas opciones de la medicina estética para rejuvenecer, planchar arrugas o disimular las «arañitas» de las piernas, inclusive, para lucir una nueva nariz y mejorar la estética vaginal, sin pasar por el bisturí.

 

«Hay personas que no pueden o no quieren pasar por una operación, y aunque no todos los casos encuentran una solución por medio de procedimientos no invasivos, esta disciplina, creada hace 36 años en Francia, llegó a instalar una tendencia que, durante la última década en Estados Unidos creció en un 800%», dijo Raúl Pinto, titular del congreso y de la Sociedad Argentina de Medicina Estética (SOARME).

 

«Antes, la rinoplastía (cirugía plástica nasal) era la única opción para mejorar el aspecto de la nariz. Hoy, en determinados casos es posible implantar un líquido, mediante una inyección, y modelarla», ejemplificó Pinto, quien en la década de 1970 le dio impulso a la medicina estética en Argentina.

 

También las arrugas, que se resolvían solamente con cirugía o «lifting» en el pasado, ahora pueden «plancharse», a base de la toxina botulínica, comercialmente conocida como bótox.»El procedimiento se realiza por medio de muy pocas unidades controladas de la sustancia, que paraliza ciertos músculos de la expresión», precisó el titular del congreso.

 

La diferencia entre el bótox y el ácido hialurónico radica en que el primero se aplica en zonas de movimiento, como las «patas de gallo», para debilitar o paralizar los músculos. En cambio, el ácido hialurónico permite modelar zonas sin músculo y contrarresta, por ejemplo, una giba dorsal en una nariz, un problema que antes, comúnmente se resolvía sólo si se accedía a pasar por el quirófano.

 

«Las tendencias más recientes, que en Europa y Estados Unidos tienen como una protagonista a la estética íntima femenina, ya se ha convertido en un motivo de consulta muy frecuente», señaló el especialista desde Bélgica, donde trabaja parte del año. Según el médico esteticista, «antes eran muy pocas las interesadas, pero en la actualidad, son las mismas mujeres que quieren tratarse las arrugas faciales, la celulitis o la flacidez abdominal, las que también desean un rejuvenecimiento de sus genitales». Por lo general, señaló, «es una demanda estética, en muchos casos posterior a los partos y, sólo en ciertas disfunciones sexuales, las tratamos con un implante en el punto G con técnicas y productos similares al que hacemos para las arrugas faciales». No obstante, aclaró que se necesita una indicación específica del profesional para determinar en qué casos es posible aplicarse estos procedimientos, que hasta pueden funcionar preventivamente.

 

Las adiposidades localizadas, la celulitis, la obesidad, la flaccidez, las estrías, las alteraciones provocadas a nivel de la cicatrización o pigmentación (manchas) y secuelas del acné completan el amplio arco de problemas estéticos que hoy encuentran por lo menos expectativa en la medicina estética. «Eso ocurre porque la tendencia actual apunta al bienestar psico-físico de la persona», dijo el especialista argentino que trajo al país la Medicina Estética, creada en 1973 en Francia por Jean-Jaques Legrand, considerado «el padre» de esta especialidad médica.

 

«Se apunta a la prevención y, cuando esto no es posible, a la corrección de situaciones o alteraciones mal aceptadas o consideradas no estéticas», sostuvo el presidente del comité organizador del mencionado congreso, que en esta oportunidad ofrecerá demostraciones en el hotel Sheraton Libertador.

 

El encuentro, que mostrará experiencias de especialistas de la región y revelará los resultados de sus estudios, pondrá énfasis en las innovaciones: la ginecoestética, la estimulación de fibras colágenas y elásticas con PRP  (plasma rico en plaquetas) y la utilización de células madre en tratamientos cosmecéuticos. La SOARME es miembro de la Asociación Médica Argentina (AMA) y también el capítulo argentino de la Unión Internacional de Medicina Estética, integrada por 28 países.

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