No existen normas y recomendaciones específicas para inmunizar a los docentes. Sin embargo, la experiencia y los conocimientos científicos permiten hacer ciertas sugerencias. Esto se debe a que el maestro está en contacto con los niños, que suelen contraer diversas afecciones. En ese sentido, algunas inoculaciones se vuelven fundamentales.
En primer lugar, la rubéola, el sarampión, las paperas y la varicela pueden aparecer en los adultos jóvenes que no han contraído estas infecciones durante su infancia o no han sido inmunizados. Como los docentes tienen mayor riesgo de contagio por estar en contacto permanente con niños, deben aplicarse la Triple viral y la Antivaricelosa, en caso de no estar vacunados o no haber tenido las enfermedades.
Los docentes nacidos después de 1957 que no tuvieron sarampión ni paperas en su infancia y que tampoco han sido vacunados, pueden detectar la presencia de anticuerpos en sangre a través de un test específico. Si resulta negativo, deben aplicarse la vacuna Triple viral. También pueden aplicarse una dosis de refuerzo de esta inmunización, sin realizar estudios previamente. A su vez, las maestras, especialmente aquellas en edad de embarazarse, deben confirmar si tuvieron o no rubéola mediante un test serológico. Si el resultado da negativo, deben aplicarse la vacuna Triple viral, para evitar serios riesgos en el hijo por nacer.
Por otra parte, cada diez años, se recomienda actualizar la vacuna Doble adulto que protege del tétanos y la difteria. Actualmente, se sugiere sustituir una dosis de Doble adulto por una única dosis de Triple bacteriana acelular adulto – que se conoce como dTpa y que protege además contra la tos convulsa. Asimismo, es conveniente que todas las embarazadas a partir de la semana 20 de gestación y las madres de lactantes menores de 6 meses se vacunen con dTpa si nunca recibieron una dosis previa, para proteger a su hijo contra la tos convulsa durante los primeros meses de vida.
Quienes trabajan en jardines de infantes o guarderías tienen también mayor riesgo de contraer hepatitis A. Para prevenir el contagio es conveniente que se apliquen la vacuna Antihepatitis A, que tiene un alto grado de efectividad.