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Úlcera péptica: una pequeña lastimadura, una gran molestia

La úlcera péptica es una pequeña lastimadura o erosión en la mucosa que recubre el interior del estómago o del duodeno, que es la primera porción del intestino. Es una enfermedad muy común que afecta a más de 4 millones de personas en los Estados Unidos. Afortunadamente, con el tratamiento adecuado en la mayoría de los casos se puede curar. 

 

Normalmente el estómago y el intestino secretan una capa de moco en su interior para protegerse de los jugos digestivos ácidos. La comida que ingerimos y otras sustancias químicas que produce el estómago también ayudan a neutralizarlos. Cuando se altera la capa protectora de moco o disminuyen las sustancias neutralizantes, los jugos digestivos pueden lastimar a la mucosa, lo que provoca la formación de una úlcera.

 

Los síntomas de la péptica son muy variables. Por lo general se manifiesta como dolor en la parte superior del abdomen, con distensión, inapetencia, sensación de plenitud, náuseas, vómitos y deposiciones con sangre. A veces la persona afectada puede estar anémica por el sangrado. Los síntomas de la úlcera gástrica y duodenal no son exactamente iguales. En la primera, el dolor se acentúa de dos a cinco horas después de haber comido, predomina durante la noche y calma con la ingesta. En cambio en la úlcera gástrica, el dolor se agrava al comer.

 

Las dos causas más comunes de la úlcera péptica han sido claramente identificadas. La primera de ellas es la infección por la bacteria Helicobacter pylori, que se encuentra presente en el estómago de la mitad de la población mundial. La segunda es el uso prolongado de drogas anti-inflamatorias no esteroideas, como la aspirina, el ibuprofeno o el naproxeno.  También se sabe que influyen factores de riesgo como el tabaquismo, el alcoholismo y factores hereditarios. 

 

A veces las úlceras se curan espontáneamente. Sin embargo, en otras ocasiones, pueden complicarse con sangrado importante o incluso son capaces de perforar el estómago o el intestino. Esta última situación debe resolverse con cirugía. 

 

El tratamiento se basa principlamente en suspender las drogas anti-inflamatorias, en tratar al Helicobacter pylori con antibióticos (se puede utilizar la amoxicilina, claritromicina, metronidazol) y en los agentes que disminuyen la secreción ácido gástrica, como por ejemplo los inhibidores de la bomba de protones (omeprazol, lansoprazol, esomeprazol). Por lo general se indican dos antibióticos para disminuir la posibilidad de falla de tratamiento y la aparición de resistencia. 

 

Las personas con úlcera deben evitar los alimentos que producen dispepsia. Además de la medicación, también es importante cumplir con otras medidas como no fumar, no tomar alcohol y eliminar la cafeína de la dieta (café, te, chocolate). Los intentos para reducir el estrés de la vida cotidiana también ayudan a la curación.

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