La llegada de las temperaturas cálidas que llevan al aumento de la circulación de mosquitos Aedes Aegypti y Aedes albopictus (las mismas especies involucradas en la transmisión del dengu), hacen pensar hoy no sólo en esta enfermedad sino ahora también en la fiebre chikungunya, que provoca dolor articular que puede durar desde semanas hasta meses, pero que es mortal en muy raras ocasiones.
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, confirmóoacute; la presencia de dos casos probables en Argentina, ambos importados y de otros dos sospechosos, del cual no se tiene aún ningún tipo de confirmación de la presencia del virus que la provoca por estudios de laboratorio.
Es la primera vez que esta enfermedad ingresa al país, por lo que no es casual que las dudas sean muchas. DocSalud.com consultó al doctor Juan Hermann, Director de Epidemiología del Ministerio de Salud de la Nación, quien anticipó que el ingreso de casos importados, como los que fueron confirmados hoy, podían aparecer en cualquier momento, pero que para que se presenten casos autóctonos “deben haber temperaturas más altas para que prolifere el mosquito, recibir afectados de afuera y que ocurra un mal control del vector”.
La fiebre chikungunya es una enfermedad de la que se han detectado casos importados en nueve países americanos, entre ellos Brasil, Chile y Paraguay, luego de su propagación por Centroamérica y el Caribe.
“Nunca había habido en Argentina casos de chikungunya, pero pueden darse tras un regreso de un viaje en zonas donde la enfermedad es endémica, como por ejemplo El Caribe”, dijo el funcionario. Pero agregó que “la posibilidad de que en el país haya casos autóctonos es baja”, porque por el dengue “se estuvieron realizando varios trabajos de control del vector en diversas localidades”.
Si bien desde el Ministerio de Salud informaron que las tasas de mortalidad por el virus chikungunya son escasas, Hermann explicó que hay personas más vulnerables a fallecer por esta enfermedad. Ellos son “los niños menores de un año, las personas con alguna enfermedad previa como diabetes o patologías cardiovasculares y los mayores de 65 años”.
Síntomas y tratamiento
Después del período de incubación tras la picadura de mosquitos infectados, el virus chikungunya causa fiebre, dolor de espalda y cefalea, que puede extenderse entre cinco y siete días. También es frecuente la aparición de erupciones en la piel.
La fiebre puede ser continua o intermitente y en la mayor parte de los pacientes, los dolores desaparecen en el lapso de una a tres semanas. Sin embargo, algunos pacientes pueden sufrir persistencia de los síntomas articulares durante meses.
Hermann especificó que quienes viajen a zonas endémicas como los países caribeños y presenten síntomas febriles inespecíficos, “deben sospechar del virus chikungunya y consultar al médico, para que su caso pueda ser reportado como sospechoso a las autoridades del sector”.
Por otra parte,el funcionario explicó que se debe evitar la automedicación y no tomar aspirinas, ya que esta enfermedad “tiene síntomas muy similares al del dengue” y si se toma este remedio con esta infección pueden producirse hemorragias. “Se debe consultar al mèdico, quien probablemente recetará analgésicos como el Paracetamol”, indicó.
Por último, el experto destacó que a diferencia del dengue, “solo existe un serotipo del virus chikungunya, por lo cual no existen chances de reinfección”.
Prevención desde las autoridades y la comunidad
El Ministerio de Salud de la Nación, a través de la Dirección de Epidemiología, distribuyó en todas las jurisdicciones del país un documento con información técnica preventiva sobre la fiebre Chikungunya el pasado mes.
La comunidad, por su parte, también puede colaborar. Al igual que con el dengue, la medida más importante de prevención es la eliminación de todos los criaderos de mosquitos, es decir, de recipientes que contienen agua tanto en el interior de las casas como en sus alrededores.
También es importante evitar la picadura del mosquito colocando mosquiteros en las ventanas y puertas de las viviendas, usando repelentes sobre la piel expuesta y sobre la ropa con aplicaciones cada 3 horas, usando mangas largas y pantalones largos si se desarrollan actividades al aire libre y utilizando espirales o tabletas repelentes en los domicilios.