Los argentinos consumen un promedio de 13 gramos de sal por día, de los cuales 3,4 provienen sólo del pan, pese a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la media conveniente es de 5 gramos, informó el Ministerio de Salud.
Debido a que el alto nivel de sodio en la alimentación está muy relacionado con enfermedades cardiovasculares y cerebrales, la cartera sanitaria inició una campaña junto a panaderos de La Pampa y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).
La iniciativa contempla disminuir a la mitad la cantidad de sal en el pan que consumen los 300 mil pampeanos y evaluar luego sus niveles de hipertensión arterial, infartos y accidentes cardiovasculares.
«Por cada gramo de sal que se podría reducir en el consumo de la población, se podrían evitar 20.000 infartos y accidentes cerebrovasculares por año en nuestro país y evitar 20.000 muertes por año«, señaló el ministro de Salud, Juan Manzur.
A partir del convenio del Ministerio de Salud de la Nación y las 300 panaderías de La Pampa, el pan que se fabrica en esa provincia contendrá 1,5 gramos de sal por cada 100 gramos, en lugar de los 2 a 3 gramos que usualmente contiene.
Varios análisis indican que ni el sabor ni la apariencia del pan se modifican al disminuirle la sal a este nivel. Y a las cuatro semanas de bajar la cantidad de sal en las comidas la los receptores de la lengua se acostumbran y se percibe el mismo sabor que antes, indicó la cartera sanitaria en un comunicado.
«Iremos monitoreando parámetros de salud y enfermedad de la población pampeana a lo largo de cinco años, e implementaremos medidas semejantes en el resto del país, explicó Sebastián Laspiur, director de Promoción y Protección de la Salud.
La sal que se le agrega a las comidas sólo constituye el 30 al 40% de la que consume una persona cada día. Entre el 60 y el 70% proviene de los alimentos elaborados por la industria. En especial, en nuestra alimentación la aportan en gran cantidad los fiambres, embutidos y enlatados, los snaks y galletitas, las pastas frescas, pizzas y empanadas.
Laspiur dijo que reducir el consumo de sal es «es una cuestión cultural» que requiere cambiar hábitos y que por cada gramos menos disminuye 1,4 puntos la presión arterial, tanto en personas sanas como enfermas.
También recomiendan evitar las grasas trans, que aumentan el colesterol y los triglicéridos que incrementan el riesgo de sufrir enfermedades coronarias y cerebrales.
Las grasas trans están presentes en facturas, masas de hojaldre, algunas margarinas y galletitas, cierto tipo de golosinas y barras de cereal. También las originan la fritura de los alimentos, salvo si se hacen con aceites como el alto oleico y el omega.
Otro hábito saludable es el consumo de frutas y verduras: los argentinos ingieren aproximadamente 200 gramos diarios, cuando lo aconsejable es el doble (400 gramos o cinco porciones diarias).
«Al mejorar el tipo de alimentos que se consumen y caminar 30 minutos por día se ven los resultados saludables en poco tiempo, indicó Laspiur en una serie de recomendaciones que incluyen además «tomar mucha agua, comer carnes magras dos o tres veces por semana y consumir diariamente leche o yogur descremados».
Según las cifras proporcionadas por el Ministerio de Salud, el 45% de los argentinos agrega sal a los alimentos en la mesa, el 75% no consume frutas y verduras diariamente y la mitad de la población tiene sobrepeso.