Según informa un artículo publicado en agosto en la revista Consumer Reports, en EEUU hay 30 médicos de atención primaria cada 100 mil habitantes. Se espera, además, que esta escasez se profundice, debido al envejecimiento de la población y a los millones de personas que comenzarán a ingresar al sistema de salud de ese país, gracias a una serie de políticas de reciente implementación.
Pero, por otro lado, existe una población en crecimiento de enfermeros, farmacéuticos y otros profesionales que cuentan con un entrenamiento académico y clínico avanzado, y con autorización para realizar muchas de las tareas de un médico, ya sea como parte de un equipo que incluye a un doctor o, en algunos casos, en consultorios propios o gabinetes dentro de cadenas de farmacias. Capacitarlos en atención primaria no solo permitiría suplir la falta de médicos, sino que también liberaría a estos últimos de la excesiva carga que les impone el sistema de salud, contribuiría a reducir los costos de la medicina actual y mejoraría la facilidad y rapidez con que los pacientes acceden a las consultas.
De acuerdo con el mencionado artículo, los enfermeros practicantes o los asistentes resultan ser la mejor alternativa, ya que incorporaron una rutina de trabajo en hospitales, sanatorios u otros centros, y hoy también se desempeñan en consultorios con otros profesionales que no tienen título médico, como nutricionistas, podólogos, farmacéuticos o psicólogos. Además, los enfermeros practicantes son quienes suelen atender las clínicas que funcionan dentro de algunas cadenas de tiendas estadounidenses, la cuales reciben a los pacientes sin que estos tengan que solicitar antes un turno. Por este y otros motivos, el uso de dichos gabinetes se triplicó desde 2008.
Entrenamiento dirigido
Capacitar a los enfermeros podría hacer que estén bien preparados para atender algunos problemas frecuentes, como el cuidado de las heridas de los pacientes diabéticos, el manejo de la tensión arterial elevada u otras condiciones crónicas. Así opina en la nota Melinda Abrams, vicepresidente de Cuidado Coordinado Centrado en el Paciente de la Commonwealth Fund, un grupo que financia la investigación independiente sobre políticas sanitarias. La publicación también menciona que otros profesionales pueden realizar con competencia y eficacia ciertos deberes que sobrecargan a los médicos de atención primaria. Como ejemplo, cita que los licenciados en Nutrición están muy bien informados sobre esta materia y que es posible que los podólogos estén altamente capacitados para el cuidado de los pies de los diabéticos. Además, sostiene que un profesional de la salud mental puede orientar a los pacientes, así como evaluar la necesidad de indicarles medicamentos para tratar la depresión o dormir.
¿Qué opinarían los pacientes si se implementaran estos cambios? El artículo informa que un estudio publicado en junio en la revista Health Affairs les consultó acerca de qué profesional preferirían que los atienda. En su mayoría, tendieron a elegir a un médico. Pero frente a la situación hipotética de una afección aguda, como una tos que empeora, una angina, una conjuntivitis o una herida, seis de cada diez encuestados prefirieron que un asistente o un enfermero practicante los viera el mismo día, antes que tener que esperar al siguiente o, incluso, más tiempo para que los reciba un médico.
¿Una estrategia también para la Argentina?
La situación en nuestro país es opuesta a la de EEUU. De acuerdo con estadísticas difundidas en 2011, en el marco del XIV Congreso Argentino de Salud, somos la segunda nación con más médicos por habitante, detrás de Italia, al contar, en promedio, con uno de estos profesionales cada 200 personas. Sin embargo, la escasez de enfermeros es muy significativa.
Aun así, estos profesionales –junto con los farmacéuticos– pueden contribuir a dar respuesta a la necesidad de mejorar el acceso de la población general a la salud, un desafío que contempla desde los controles básicos y la aplicación de medicación inyectable, al asesoramiento, consejo y guía en el cuidado de niños, jóvenes y adultos.
Es por esto que, en 2013, desde FUNCEI lanzamos el Curso de Actualización de Enfermería en Atención Primaria e Inmunizaciones (EAPI), destinado a profesionales matriculados. Se trata de una capacitación teórico-práctica de dos meses de duración, que tiene como objetivo potenciar las aptitudes de los participantes. Para ello, aborda: la aplicación del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) y de medicación inyectable; el control de los signos vitales y el consejo sobre prevención de patologías prevalentes en adultos y niños sanos; el asesoramiento acerca de productos asociados a la salud que se comercializan en las farmacias, para optimizar la utilización y los beneficios de los mismos; el consejo sobre el manejo adecuado de los dispositivos de uso en la vía respiratoria, como nebulizadores, paff o aerocámaras, y las técnicas de aplicación; los cuidados, la curación y el manejo de las heridas y enfermedades de fácil diagnóstico que afectan a la piel y las partes blandas del cuerpo; las recomendaciones sobre nutrición para personas con enfermedades prevalentes, entre ellas, hipertensión, diabetes, diarrea, constipación, sobrepeso y obesidad; el asesoramiento sobre lactancia y puericultura.
Con el aval de este completo programa, diseñado por médicos, kinesiólogos y nutricionistas, el trabajo de los enfermeros dentro de gabinetes especialmente equipados en centros asistenciales, farmacias y salas de atención primaria puede ser el primer paso en un nuevo camino hacia la salud. Deseamos que esta sea una primera experiencia que se replique con éxito en el futuro.