Luego de casi dos años de tratamiento en los Estados Unidos, donde fueron sometidos a sendos trasplantes de médula, los hermanos Agustín y Joaquín Bustos Fierro regresaron hoy a su Córdoba natal. Arribaron esta mañana al aeropuerto provincial Ambrosio Taravella y allí fueron recibidos por numerosos familiares y amigos.
La llegada fue confirmada por Andrea Bustos Fierro, la tía de los hermanos, a la par que advirtió que «la lucha continúa» y aseguró que en eso «está comprometida toda la familia».
El control de los jóvenes pacientes, que sufren un padecimiento poco frecuente llamado adrenoleucidistrofia, y su evolución estará a cargo de profesionales cordobeses que han mantenido frecuentes contactos con sus colegas norteamericanos, de modo que están al tanto de la evolución y el tratamiento aplicado luego de los trasplantes.
La adrenoleucodistrofia es una enfermedad que afecta progresivamente el cerebro. Agustín, de 16 años, y Joaquín, de 11, viajaron a Estados Unidos en mayo de 2011 junto a sus padres y sus hermanos Matías (8) y Sofía (14), aunque esta última regresó hace un año.
El 27 de junio fue trasplantado Joaquín y algunos días después, Agustín. Las cirugías se realizaron en el Hospital Universitario Amplatz de Minneapolis, en el estado de Minnesota.
Andrea Bustos Fierro, tía de los menores, dijo que sus dos sobrinos todavía «siguen con complicaciones«, aunque manifestó la «confianza y tranquilidad» de la familia sobre los médicos que en Córdoba «controlarán la evolución de los chicos». Estos profesionales, dijo Andrea, han mantenido permanentes contactos con sus colegas norteamericanos, de modo que están al tanto de la evolución y el tratamiento aplicado a los hermanos.
Destacó también el «entusiasmo» de los chicos por el regreso, ya que «siempre estuvieron pensando en volver. «Por eso están muy ansiosos y estos últimos días estuvieron preparando todo para el regreso».
Andrea dejó en claro que la familia sabe que «la lucha continúa», de modo que «procuraremos que los chicos sigan con una rutina de vida tranquila mientras continúan con el tratamiento».
Después del trasplante, Agustín tuvo problemas en la piel y Joaquín en los pulmones, al sufrir un cuadro denominado «rechazo contra el huésped», que ocurre cuando la médula trasplantada no reconoce el organismo donde entró.