Entre los males que ponen en riesgo la vida de muchas personas en el continente americano, nos chocamos con las enfermedades transmitidas por vectores. Uno de esos grandes protagonistas es el mosquito Aedes Aegyptis que transporta nada más ni nada menos que al virus zika, que debe su nombre al sitio donde se aisló por primera vez en el bosque Zika, en Uganda, África.
Fiebre, erupción cutánea, dolor en articulaciones y ojos rojos son algunos de los síntomas iniciales. Además se le suman dolor muscular, de cabeza y retroocular. Se desconoce el período de incubación, pero se estima que es de unos pocos días después de la picadura del mosquito infectado.
Caras de preocupación se observan en el ámbito científico por las nefastas consecuencias que tiene la infección durante el embarazo. No es para menos ya que causa defectos de nacimiento muy serios como lo es la microcefalia además de la pérdida de audición, los trastornos visuales y dificultades en el crecimiento en los hijos de madre infectadas.
“Hubo una sugerencia de que los efectos perjudiciales del virus podrían estar vinculados con la capacidad de infectar células cerebrales humanas específicamente las células progenitoras de dan lugar a neuronas”, dijo John Schoggins, Académico en medicina y líder de un grupo de investigadores de la Universidad Soutwestern Medical Center, quienes presentaron en el mes de junio en la revista Cell Reports el resultado de un estudio donde se utilizó una cepa del zika.
De acuerdo con los científicos, el agente produce daño en las células humanas que infectadas en un 20 %. Con sorpresa, también observaron que la multiplicación viral intracelular permanece activa durante varias semanas, lo que indicaría una limitada respuesta por parte del sistema inmunológico del paciente.
Hasta hoy se desconocen los mecanismos exactos que entran en juego para que las células progenitoras que se diferenciarán en neuronas se infecten y originen malformaciones congénitas en los niños.
Urge tomar medidas preventivas como las destinadas al control de vectores, vacunas, mensajes y actualización permanente hacia la comunidad a través de los medios de comunicación audiovisuales.
El trabajo conjunto con las autoridades sanitarias de cada región junto a los expertos en el tema podrán dar a luz acciones preventivas para evitar que las mujeres embarazadas se infecten y como consecuencia nazcan niños con severas malformaciones congénitas.