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“Los tratamientos estéticos no invasivos siempre deben ser realizados por médicos”

“Entre 1997 y 2009 los tratamientos estéticos no invasivos crecieron de manera geométrica, precisamente un 659%, mientras que los quirúrgicos lo hicieron de forma aritmética, es decir, sólo un 51%”, indicó el Dr. Fernando Urdiales, propietario y Director Médico del Instituto Miramar, la segunda plataforma láser más completa de España.

 

El auge se debe precisamente a que ahora se buscan resultados más naturales que no tienen tanto que ver con parecer más joven, sino con lucir bien de acuerdo a la edad. De cada 100 personas que los eligen, 70 son mujeres y quienes más los piden son los que pertenecen al grupo de entre los 35 y 65 años. Pero más allá de lo que se ve frente al espejo, los interesados quieren técnicas seguras, sin postoperatorios y sin los riesgos del bisturí.

 

Así como la tecnología crece, también sube la oferta y no sorprende que centros de estética sin médicos involucrados e incluso salones de belleza ofrezcan procedimientos para reducir grasa localizada o barrer con cicatrices faciales a un precio menor. En ese sentido, Urdiales recordó que estos tratamientos, aunque no requieran de operaciones, “siempre deben ser realizados por médicos, ya que manipular los nuevos aparatos no es difícil, pero sí lo es indicar en qué paciente corresponde realizarlos”.

 

En el marco de la presentación del sistema ULTRA ACCENT, que combina las tecnologías de  ultrasonido y radiofrecuencia y que es importado en Argentina por el Grupo Sirex, el médico español explicó a DocSalud.com que los aparatos de este tipo destruyen los adipocitos –es decir, la grasa-, pero éstos “no son eliminados por orina, como suele decirse a veces a manera de publicidad”.  El destino para estas células que se rompen es la sangre, por lo que el paciente debe realizarse exámenes previos.

 

“Lo primero que hacemos en España es indicar una ecografía para medir el grosor del panículo adiposo, pero esta cuantificación también puede obtenerse con otras técnicas como el lipocalibrador (o plicómetro), una especie de compás que pellizca”, expresó el experto porque el candidato ideal para recibir este tratamiento no invasivo es aquel sin obesidad generalizada, pero con pequeña cantidad de grasa localizada.

 

Por otra parte, el interesado debe realizarse  un análisis de sangre “ya que si posee un colesterol por encima de 250 mg y triglicéridos por arriba de 200 mgse debería prescribir un tratamiento previo, ya que al romperse la grasa, estos niveles podrían subir, en especial los triglicéridos”.  Por último, según explicó Urdiales, también se revisa el perfil hepático: las transaminasas deben estar normales y si el paciente posee hígado graso, la técnica está contraindicada.

 

Esto no significa que las tecnologías no sean seguras; es más, los dos aparatos presentados durante la conferencia –el primero para barrer contra la grasa localizada, disminuir la celulitis y mejorar el aspecto de la piel mediante la combinación de ondas de calor y de choque; el segundo, que mediante el método de radiofrecuencia pixelada (pixel co2) permite reducir las cicatrices del acné más que cualquier otro procedimiento antecesor, rejuvenecer el cutis y disminuir las estrías – apenas si presentaron efectos adversos: de un total de 4,97%, la mayoría correspondía a un enrojecimiento leve del cutis, que progresivamente desaparece.

 

A su vez, según indicó el Director del Instituto Miramar, no existe la posibilidad de que el utrasonido rompa otros tejidos que no sean los adpiposos,  ya que su mecanismo posee especificidad por medios líquidos, es decir,  sólo destruye la grasa porque sus células tienen aceite dentro y preserva estructuras arteriales y venosas intactas.

 

En conclusión más allá de los avances, para Urdiales la clave está en saber elegir el lugar correcto sin pensar en un precio exageradamente bajo, ya que “no existen tratamientos baratos con tecnologías fiables; los aparatos son caros y su mantenimiento es costoso”.  A su vez, estas técnicas deben ser exclusivamente manipuladas por cirujanos plásticos,  dermatólogos y médicos estéticos, “que son los que tienen preparación y recursos suficientes no solamente para saber indicarlas, sino para resolver posibles problemas”.

 

Con la convicción de que la medicina estética tiende a lo multidisciplinario – ya que la mayoría de los usuarios combinan los procedimientos quirúrgicos con los no invasivos, que deben ser practicados por distintos especialistas – el experto recordó que la mejor manera de elegir el instituto para llevarlos a cabo es el boca a boca. Tras una buena recomendación, sólo falta reconocer el rigor científico de la información disponible en sitios web.

Dentro de los avances más  difundidos, están estos tratamientos faciales y corporales, que son alternativas viables al lifting y la liposucción porque se obtienen resultados entre las cuatro y las seis sesiones, sin largos períodos de recuperación. La tecnología ya está disponible. Ahora queda en el usuario tomar la decisión adecuada que le permita mejorar su aspecto sin comprometer la salud.

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