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Mamás en apuros: ¿se puede lidiar con todo sin morir en el intento?

Caras de cansancio, sensación de sobrecarga, atención excesiva al celular y estrés son algunas de las señales que delatan a una madre en apuros. La mujer actual ya siente demasiadas presiones al ocuparse tanto del trabajo como del hogar, situación que se acrecienta cuando hay hijos de por medio.

Según la médica psicoanalista  Leticia Glocer Fiorini, “ocuparse de muchas cosas a la vez puede generar cuadros de ansiedad, estado de insatisfacción o depresiones latentes, que se manifiestan con un cierto grado de tristeza, falta de ánimo o dormir más tiempo de lo habitual”

Algunas madres que tienen un empleo fuera de sus casas pueden sentir culpa por no estar más tiempos con sus chicos, porque “se trabaja muchas veces por una necesidad económica pero también por una necesidad psicológica, de inquietudes a través de distintos tipos de profesiones”.

Sin embargo, lo que más culpa genera en  ellas es “la idealización de la mujer como madre”, según indicó la profesional, quien es presidente de la Asociación Psicológica Argentina (APA) a DocSalud.com.

“Esta idealización que se transmite de generación en generación,  es la imago de la madre perfecta que todo lo puede y que solo tiene sentimientos positivos hacia los hijos, sin sensaciones ambivalentes. Como estos pensamientos  contradictorios no están aceptados en nuestra cultura, eso genera remordimiento”, indicó Glorer Fiorini,  pero aclaró que ese modelo nunca es real.

La pregunta del millón entonces radica en qué se puede hacer para que las madres eviten esta sobreexigencia y sus consecuencias negativas. Para la psicoanalista, no existe una receta única y las soluciones se encuentran de a poco durante el tratamiento. Sin embargo, enfatizó en que lo medios de comunicación deberían colaborar en desidealizar la figura de la madre, y de ese modo, generar un cambio cultural.

Los tiempos modernos suman  exigencias, y las nuevas tecnologías no están exentas de generar  tensiones. Un ejemplo son los grupos de Whatsapp entre las madres de un mismo curso del colegio o el jardín de infantes. “Todo lo que tiene que ver  con lo tecnológico tiene aspectos positivos y negativos. Por un lado, estos grupos pueden ser un sostén, pero también puede generar competencia entre sus integrantes”, indicó Glocer Fiorini. Y apuntó que pueden estresar porque atenderlos  “es un trabajo más, en donde se presupone que siempre se debe estar atento para contestar, y la imposibilidad de hacerlo puede generar fastidio”.

Si bien las exigencias en las mujeres aumenta, el cambio en el  rol de los varones ayuda, ya que en palabras de la psicoanalista, en las clases medias se puede ver a los padres que toman un rol más activo en la crianza de los hijos. Esto ocurre porque “hoy la masculinidad no está asociada al machismo y  no se cuestiona la hombría de quien cuida a su hijo”.

*La doctora Leticia Glocer Fiorini (M.N.:35184) es Médica Psicoanalista y de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).  También es autora de los libros “Lo femenino y el pensamiento complejo” y “La diferencia sexual en debate”.

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