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Mamografías: más beneficios que contratiempos

La exploración de posibles tumores en el pecho salva vidas incluso en casos de mujeres a las que el tumor nunca les habría causado un problema, según una reseña publicada en la revista médica The Lancet.

El estudio independiente, encargado por la organización benéfica Cancer Research UK (CRUK) y el Departamento de Salud británico, sigue a un intenso debate internacional sobre los beneficios de una exploración rutinaria e investigaciones recientes que habían argumentado que la pesquisa hace más daño que bien.

«Esto se ha convertido en un área de gran polémica», dijo Sir Mike Richards, director nacional del Cáncer del Departamento de Salud y uno de los patrocinadores del estudio.

Los críticos de la exploración rutinaria argumentan que las mujeres pueden verse sometidas a una cirugía innecesaria, radioterapia y medicación para tratar formas de cáncer que no les hubieran planteado ningún riesgo.

Harpal Kumar, consejero delegado de CRUK, reconoció las deficiencias de las mamografías,  pero argumentó que hasta los ensayos sobre la enfermedad se hagan más sofisticados, el control regular es la mejor opción.

«La exploración sigue siendo una de las mejores formas de descubrir los primeros síntomas de un posible cáncer de mama, en una etapa en la que es probable que el tratamiento tenga más éxito», dijo.

«Sin embargo, como muestra el estudio, algunos cánceres serán diagnosticados y tratados pese a que nunca supondrían ningún daño», agregó.

Un conjunto de expertos dirigido por el profesor Sir Michael Marmot del University College de Londres llegó a la conclusión de que las mamografías periódicas evitan unas 1.300 muertes al año en el Reino Unido, pero también puede llevar a que 4.000 mujeres estén recibiendo tratamiento por algo que nunca les habría dado complicaciones. Esto supone que por cada deceso que se evita, tres mujeres son diagnosticadas con una enfermedad peor de la que tienen.

El equipo del estudio pidió mejorar la información, por ejemplo en los folletos relacionados con la salud, para dar a las mujeres una imagen más clara tanto de los beneficios como de los daños potenciales antes de que acudan a hacerse una mamografía.

El cáncer de mama es el más común entre las adultas en Gran Bretaña y afecta a una de cada ocho en algún momento de sus vidas. El programa de exploración británico invita al grupo de entre 50 y 70 años a hacerse una mamografía cada tres años, aunque se está ampliando el rango de edad a entre 47 y 73 años.

Un diagnóstico temprano y mejores tratamientos aumentaron los índices de supervivencia hasta el 77% en el 2007, frente a un 41% en 1971, según CRUK.

Las conclusiones del estudio están basadas en el análisis de 11 experimentos que tuvieron lugar hace más de 20 años, evaluando si la detección terminó en el fallecimiento debido a la enfermedad, comparado a cuando no se realizan controles médicos.

El equipo reconoció que el estudio tenía limitaciones, y no sólo por la antigüedad, pero decidió que las pruebas eran lo bastante sólidas como para llegar a la conclusión de que las mujeres que se realizaron una pesquisa tienen un riesgo relativo de fallecer por cáncer de mama un 20% menor que aquellas que no se hicieron ninguna prueba.

Harpal Kumar dijo que la investigación podría derivar en controles más sofisticados que distingan cánceres agresivos de aquellos que no lo son.

Esto, unido a una mejor comprensión de la predisposición genética y de factores como el estilo de vida que juegan un papel en el cáncer de mama, podría suponer un cribado más específico y menos casos de diagnósticos de enfermedades peores a las reales.

«Hasta que eso sea posible, recomendaríamos a las mujeres a las que se detecta algo poco común en la exploración que busquen consejo y barajen todas las opciones posibles con el mejor equipo de especialistas en cáncer de mama», dijo Harpal Kumar.

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