Los líderes del mundo iniciaron hoy en Nueva York una cumbre destinada a evitar que la crisis impida cumplir en 2015 los objetivos del milenio contra la pobreza, el hambre y las enfermedades.
«El reloj está caminando y queda mucho por hacer», advirtió el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, al inaugurar el evento de tres días en Nueva York. «Debemos enviar un mensaje de esperanza, cumplamos lo prometido», agregó.
A cinco años de la fecha límite fijada para 2015, el planeta está lejos de haber cumplido las metas establecidas hace una década. La cumbre adoptará una declaración debatida desde la semana pasada, que constata esos retrasos.
Ban admitió que la crisis financiera retrasó el cumplimiento de esas metas, pero señaló que la situación no era excusa para no cumplirlas y menos aún para dar marcha atrás. «La recuperación de la crisis financiera no debería significar un retorno a un pasado equivocado e injusto», dijo el secretario general.
El director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss Kahn, advirtió a su vez que a causa de la crisis, no sólo financiera sino también «alimentaria y energética», el mundo «perdió años de avances».
Para evitar que sigan los retrocesos, el presidente francés Nicolas Sarkozy propuso establecer un impuesto a todas las transacciones financieras y financiar así los objetivos de desarrollo global. «¿Porqué no pedirle a las finanzas que ayuden a estabilizar el mundo?», dijo el primer mandatario .»Los financiamientos novedosos, el impuesto a las transacciones financieras, podemos decidirlos aquí. ¿Por qué esperar? Las finanzas se mundializaron», comentó Sarkozy. Adelantó que impulsará esa idea durante su año de ejercicio de la presidencia del G20 y el G8. Apoyados por países como Brasil, Chile o Noruega, los «financiamientos novedosos» respaldados por Francia son resistidos por otros, incluyendo Estados Unidos.
Por su parte, el presidente de Bolivia Evo Morales propuso a los demás países en desarrollo la creación de un banco mundial del Sur para romper la dependencia financiera con el Norte ya industrializado.
«Sin el FMI estamos mejor que antes», dijo Morales, que invitó a los demás países a «construir un Banco del Sur» destinado a financiar su propio desarrollo sin dejarse imponer reglas.
Morales precisó que ese «Banco del Sur» no se limitaría al que reclama desde hace años para América Latina sino que se extendería a todo el mundo en desarrollo: de Africa a América, pasando por Asia e incluyendo a China.
La entidad dedicaría «un porcentaje de nuestros recursos naturales para financiarnos a nosotros mismos» y «romper la dependencia del FMI». «No queremos políticas de ajuste social que nos someten», agregó.
Según el mandatario boliviano, «la desigualdad de la distribución de la riqueza es el principal obstáculo al cumplimiento de los objetivos del milenio», que según él son «ambiciosos pero realizables». Para los países en desarrollo, agregó Morales, la meta se cumple frenando «el saqueo de los recursos del Sur y reinvirtiendo en salud y educación».
Además de la creación del «Banco Mundial» del Sur, Morales preconizó a sus pares otras tres medidas, incluyendo nacionalizar los recursos naturales «para que los beneficios que generen se queden en nuestros países». Llamó además a fijar reglas a la inversión extranjera -«queremos socios, no patrones»- y a proclamar como un «derecho humano» todos los servicios básicos, comenzando por el acceso al agua potable.
El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, admitió que en 2010, 65 millones de hombres y mujeres adicionales cayeron en estado de pobreza en el mundo, y que 1,5 millón de niños corren el riesgo de morir antes de haber cumplido cinco años en 2015.