Una investigación realizada por investigadores argentinos de la Fundación INFANT en hospitales públicos de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano boaerense reveló que la gripe H1N1 enfermó gravemente y mató a personas jóvenes debido a una respuesta inadecuada y desproporcionada de sus propios anticuerpos.
Una de las características típicas de las epidemias de gripe que sucedieron a lo largo de la historia ha sido alta tasa de muertes que este virus causa en la población joven que normalmente es considerada de menor riesgo. Sin embargo, cuando un nuevo virus aparece (como sucedió en las pandemias de 1918, 1957, 1968 y 2009) este grupo etario se convierten en uno de los principales grupos afectados.
Hasta hoy, nadie había podido explicar por qué durante estos brotes, personas de 25 o 30 años morían por una enfermedad que normalmente les causaba tan sólo un resfrío. Pero el estudio de la Fundación INFANT (una institución argentina dedicada a la investigación de los principales virus respiratorios pediátricos) que se publicó en la revista Nature Medicine, responde por primera vez esta pregunta.
“Hay evidencia que respalda la idea de que esta población se enfermó severamente o murió por causa de su propio sistema inmune”, dijo el Dr. Fernando Polack, médico pediatra e infectólogo y Director Ejecutivo de la Fundación INFANT.
Según explicó, el sistema imune de un joven que tuvo durante años gripe estacional, cuando se enfrentó en el 2009 por primera vez con el virus influenza H1N1 lo confundió con el virus anterior y reaccionó de forma tan vigorosa e incontrolable que, en vez de protegerlo, le provocó la muerte.
“Cada vez que hay una pandemia de influenza hay una gran proporción de adultos jóvenes o de mediana edad que mueren. Siempre nos hemos explicado estas muertes basados en una presunta virulencia del virus o en el hecho de que sufrieran una infección bacteriana al mismo tiempo. Y, aunque la última razón sí fue causante de la pandemia de 1918 cuando no había antibióticos, ahora tenemos vacunas y antibióticos, pero aún vemos jóvenes de mediana edad morir”, dijo Polack.
Niños y ancianos, por fuera de este mecanismo mortal
“En 2009, los ancianos tenían buena inmunidad porque habían visto este virus en 1957, los bebés no tenían ninguna o muy poca memoria de gripes anteriores, mientras que los jóvenes adultos de entre 25 y 45 años contaban con una respuesta inefectiva. Sus cuerpos ya tenían defensas contra virus de influenza previos que se parecían al nuevo virus, pero no eran exactamente este.”, explicó Polack.
Aún quedan muchas preguntas sin contestar en relación a cómo mata el virus de la gripe, pero este trabajo demuestra claramente la importancia de la vacunación contra la gripe H1N1 para este sector de la población.
Fuentes: Fundación INFANT