La versión de que la tragedia causada por el taxista Rubén Botta, de 34 años fue provocada por un cuadro de hipoglucemia como consecuencia del tratamiento de una diabetes sonó desde un principio. Para los especialistas esta es una posibilidad concreta e incluso ya hubo antecedentes.
“La hipoglucemia es un riesgo previsible y una consecuencia probable del tratamiento con insulina, generalmente para la diabetes tipo 1 o insulinotratable. Para prevenir este tipo de episodios, se necesita que el paciente sea educado, en especial que no saltee comidas”, sostuvo la doctora Juliana Mociulsky, Médica endocrinóloga. La especialista, que se desempeña como Jefa de Diabetes e Investigadora Principal de la Clínica de Nutrición y Salud Dr. Cormillot, enfatizó en que “los conductores profesionales deben tener especial cuidado, ya que por prolongar el horario de trabajo, pueden no comer y ese es el primer factor predisponente para la hipoglucemia”.
La descompensación ocurre cuando el paciente, tras haberse aplicado la dosis tradicional de insulina o luego de haber algún tipo de antiglucemiante oral no ingiere alimentos. También puede generarse cuando la persona realiza ejercicio intenso sin comer.
Los niveles normales de azúcar en sangre varían entre los 60 y los 110 mg/dl . Cuando este índice se ubica por debajo de los 50 mg/dl se habla de hipoglucemia y sus primeros síntomas abarcan temblor, hambre, mareos, confusión, dificultad para hablar, o sensación de ansiedad o debilidad.
“Cuando los niveles de glucemia ya son menores a 40 mg/dl , ya se habla de neuroglucopenia, lo que en términos médicos se refiere a la falta de azúcar en el cerebro. En esta instancia se produce desorientación, confusión mental importante y pérdida de conocimiento”, indicó la médica.
El paciente diabético, por otra parte, también puede descompensarse con un pico de hiperglucemia, es decir, el exceso de azúcar en sangre, lo que en palabras de Mociulsky produce “cansancio, sueño y deshidratación”. Este cuadro puede verse agravado “por los golpes de calor, que acrecentan los síntomas y acentúan la deshidratación”.
“Cuando las altas temperaturas acentúan las manifestaciones de un pico de glucemia se produce el llamado coma hipersomolar, más frecuente en la diabetes tipo II y la cetoacidosis diabética, más común en la diabetes tipo I. Es entonces cuando los síntomas empeoran y pueden haber desvanecimientos, coma, confusión y letargo”, indicó Mociulsky.
Ante estos posibles cuadros, la médica enfatiza en la prevención. Para evitar la hipoglucemia se debe aplicar la dosis de insulina de manera correcta y no saltear comidas, mientras que para evitar un pico de hiperglucemia el paciente debe cerciorarse de que haya recibido suficiente insulina y evitar no comer de más.