El ministro de Salud Juan Manzur firmó dos resoluciones que cambian los esquemas de aplicación de las inmunizaciones cuádruple, quíntuple, antipoliomielitíca oral y de la que protege contra la fiebre amarilla, se publicaron ayer en el Boletín Oficial con los números 51/2014 y 53/2014.
Para los niños, se modifica el momento de administración del primer refuerzo de la cuádruple (que protege contra difteria, tétanos, tos convulsa y Haemophilus influenzae tipo B) y de la quíntuple (que agrega protección contra la hepatitis B), así como el cuarto refuerzo de la antipoliomielítica oral OPV o Sabin, que ahora deben aplicarse entre los quince y los dieciocho meses de edad del niño, en lugar de al año y medio de vida.
Según se explica en la resolución ministerial 51 de este año, la reforma se debe a que en la Argentina los bebes de dieciocho meses representan el grupo de niños en el que más dificultades hay para lograr altas tasas de coberturas vacunales, mientras que los controles pediátricos entre el año y los dos años de vida se realizan sistemáticamente, con una frecuencia trimestral. Esta modificación partió del consenso de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn), el Programa Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (ProNaCEI), la Dirección Nacional de Maternidad e Infancia y las Sociedades Científicas argentinas (de Pediatría, de Infectología Pediátrica y de Infectología). Además, la norma explica: “Generar un intervalo entre los quince y dieciocho meses para la vacunación ofrece la posibilidad de disponer de una nueva edad factible de utilizarse ante nuevas vacunas que pudieran incorporarse al Calendario”.
Otro cambio significativo se relaciona con la indicación de la inmunización contra la fiebre amarilla, un virus que se transmite por la picadura de mosquitos infectados y que puede constituir una emergencia de salud pública de importancia internacional. Cada año en el mundo hay un promedio de 200 mil casos nuevos y cerca de 30 mil muertes, las zonas afectadas son África subsahariana y áreas tropicales de Sudamérica, especialmente Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Paraguay, Perú y Venezuela. La enfermedad es benigna en el 85% de los casos, pero el 15% evoluciona a cuadros graves.
Desde 2007 el Ministerio de Salud de la Nación establece la obligatoriedad de aplicar esta inmunización a los argentinos que habiten en las localidades limítrofes con Brasil y Bolivia, con la modificación publicada ayer, la primera dosis podrá darse a partir de los dieciocho meses de vida y, en lugar de realizarse una revacunación cada diez años, se dará una única dosis de refuerzo a los 11 años de edad.
Las razones para estos cambios se explican en la resolución 53/2014: “La administración a los doce meses de vida coincide con la aplicación de la triple viral, habiéndose descripto posible interferencia en la respuesta inmune con los componentes contra la parotiditis y la rubéola. La Organización Mundial de la Salud (OMS) se expidió el 5 de julio de 2013 acerca de la falta de necesidad de la aplicación de dosis de refuerzo de la vacuna contra la fiebre amarilla en forma sistemática cada diez años, en virtud de la evidencia científica disponible acerca de la duración de la inmunidad después de la administración de una única dosis».
En relación a los viajeros, el infectólogo Pablo Elmassian explica a DocSalud.com: “El Reglamento Sanitario Internacional (RSI) de 2005 exige esta inmunización para permitir el ingreso a algunos países, ya sea como prevención para quienes se dirigen a zonas de riesgo, o para evitar la introducción de la enfermedad en lugares libres de circulación por viajeros provenientes de áreas endémicas. Este reglamento es independiente de la OMS y todavía no realizó esta modificación, por lo tanto, si se viaja a destinos donde se exige el certificado de vacunación contra la fiebre amarilla hay que mantener la normativa del RSI”. En este sentido, la nueva resolución del Ministerio de Salud subraya que está en plena vigencia este Reglamento que exige la revacunación cada diez años de viajeros provenientes de países considerados endémicos, entre los que se encuentra la Argentina.
Por otro lado, Elmassian recordó que esta es una inmunización a virus vivo atenuado con una eficacia mayor al 95%, y que la protección se obtiene a partir de los 10 días de su aplicación con una duración de por vida, según las últimas investigaciones. También puntualizó que es fundamental la consulta médica antes de un viaje para que el profesional evalúe las características personales y otros factores para la indicación de la vacuna.