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Modificar hábitos, la clave contra la hipertensión arterial

Disminuir el consumo de sal, hacer actividad física a diario y comer saludablemente son las principales recomendaciones para reducir la hipertensión arterial. Es por eso que los especialistas insisten en  que «hay que modificar los hábitos» porque «el cuerpo no está preparado para procesar los alimentos que le damos».

«Disminuir el consumo de sal es una condición innegociable para el tratamiento de la presión alta, y en personas que tienen alto riesgo de padecerla puede significar la normalización de los valores sin necesidad de otro tratamiento», dijo Felipe Inserra, presidente de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA).

El especialista y nefrólogo compartió los puntos más salientes del I Simposio Internacional de Hipertensión Arterial, que se realizó el 15 y 16 de Noviembre en Mendoza.

«El sodio es un enemigo importantísimo en el cuidado de la salud integral y es generador de proceso inflamatorio crónico. Nuestro cuerpo no está preparado para procesar los alimentos que le damos, que no son naturales», precisó.

El especialista afirmó que la ingesta de sodio está estrechamente relacionada con la enfermedad cardiovascular y agregó que aunque estamos acostumbrados a comer salado desde chicos, «ese hábito hoy se desaconseja».

«El gusto por la sal es adquirido, si no nos la hubieran ofrecido desde chicos no la necesitaríamos. Es una cuestión cultural, por lo que hoy se aconseja a las mamás que no agreguen sodio a la comida de los bebés», coincidió Pablo Rodríguez, jefe de Hipertensión Arterial del Sanatorio Julio Méndez.

En este sentido, Inserra apuntó que «un 35% de los argentinos agrega sal a la comida antes de probarla» e instó a la población a «consumir un 70% de alimentos naturales».

«Se trata de incorporar estrategias eficientes y sencillas de aplicar, tales como llevar una alimentación saludable, que incluya más frutas y verduras, reducir el uso de sal al cocinar o en la mesa, evitar los embutidos y hacer actividad física en forma regular, además de dejar de fumar y moderar la ingesta de alcohol», detalló.

Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, el consumo promedio de sal en el país es de 12 gramos en hombres y 11 en mujeres, cantidades que superan los 5 gramos que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS). «Es decir que estamos comiendo más del doble de lo recomendado, con todo lo que eso conlleva», apuntó Inserra.

En este sentido, ambos especialistas explicaron que el sodio que ingresa al organismo a través de la dieta proviene de dos fuentes: «Cerca de un 30% de la sal se agrega durante la cocción o la agrega el mismo comensal sobre su plato al comer, en tanto que más del 60% proviene de la manufactura de los alimentos procesados que se suma a la sal que naturalmente contienen los alimentos».

Así, el mayor aporte de sodio proviene de panificados, embutidos y carnes, en tanto que el aportado por otros alimentos, como frutas, verduras, agua y bebidas, es insignificante.

En este sentido, la cartera de Salud nacional está trabajando en la iniciativa «Menos sal, más vida», para reducir el sodio de los alimentos procesados.

«Las sales de potasio o reducidas en cloruro de sodio son buenas opciones para comenzar a modificar hábitos», apuntó Rodríguez y subrayó que «la gente tiene que aprender a leer las etiquetas de los alimentos».

«La falta de adherencia al tratamiento es uno de los problemas más grandes a los que nos enfrentamos, hay que buscar la manera de llegar a los pacientes y que cumplan con la medicación cuando hace falta», remarcó.

El especialista enfatizó que el diagnóstico de hipertensión «sólo es posible mediante el registro de la presión arterial», que «debería tomarse al menos una vez al año a partir de los 18».

«Es posible que nosotros no lleguemos a ver los resultados de estas medidas, pero es la primera vez que se está trabajando seriamente con estos temas y eso es muy promisorio», concluyó. 

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