La distribución de marihuana en farmacias, legalizada en diciembre de 2013 en Uruguay y prevista para arrancar a fines de este año, se retrasará hasta 2015 porque implementarla «tiene dificultades prácticas», dijo el presidente José Mujica en entrevista con la AFP.
El mandatario, que dejará el poder antes del 1 de marzo de 2015, admitió que el hecho de que la implementación de la venta controlada de cannabis comience poco antes o junto con el cambio de gobierno es una dificultad.
«Pero si lo queremos apurar y lo hacemos mal hacemos un frangollo (un lío). Para nosotros no es quitarnos la responsabilidad y que el mercado arregle. El mercado, si lo dejamos, va a tratar de vender la mayor cantidad posible» de cannabis, refirió.
Por eso es inevitable llevar adelante el proceso lentamente «si se quiere hacer las cosas bien», añadió.
La ley que reguló el mercado de la marihuana en Uruguay dejó en manos del Estado la tarea de controlar todos los eslabones de la cadena, desde la importación de las semillas hasta la venta de la sustancia en farmacias.
Solo mayores de 18 años inscriptos en un registro y residentes en el país podrán comprar hasta 10 gramos semanales de cannabis (con un tope de 40 mensuales) y a un precio de entre 20 y 22 pesos por gramo (unos 0,9 dólares).
«Creo que hay que hacer un ensayo muy metódico, por eso estamos demorando. Hay mucha cosa que solucionar, desde tener un software que funcione y que dé respuesta tecnológica a lo que uno precisa», explicó.
«Y hay otra presión, en Estados Unidos se está liberalizando la droga, por más vuelta que le den. Ellos la están liberalizando con un grado de irresponsabilidad que asusta», añadió el presidente de Uruguay en referencia a la cantidad de estados estadounidenses donde se autoriza el uso de marihuana con fines terapéuticos.
Para Mujica, el principal impulsor de la inédita norma, «hay mucha novelería» en la polémica e interés mundial que ésta ha generado.
«Lo que nos planteamos no es un fomento del consumo. Hay gente que considera que uno tiene la libertad de ‘darse la papa’ (drogarse) y quedar con los ojos extraviados, eso no tiene nada de moderno, eso existió siempre y es un peligro de la tontería humana», sostuvo.
«Pero si lo mantengo como un misterio es el mejor anzuelo para atrapar a los jóvenes cuando están saliendo del cascarón (…) porque todo lo prohibido atrae», afirmó.
El mandatario destacó que si el proyecto, que él mismo ha calificado de experimento, fracasa, «hay que ponerle marcha atrás rigurosa, como en cualquier orden de la vida, no hay que ser fanático».
El gobierno tiene previsto lanzar este mes el llamado a plantar unas cinco hectáreas de marihuana legal, la mitad de la demanda estimada, en la primera etapa de implementación de la ley.
Según los cálculos oficiales, se necesitaría entre 18 y 22 toneladas anuales para abastecer un mercado estimado en 150.000 consumidores, que deberán registrarse para acceder al cannabis mediante el cultivo en clubes, el autocultivo o la compra en farmacias, eligiendo una sola opción y con límites de cantidades.