Un hombre de 36 años que pesaba unos 350 kilos y estaba postrado en una cama murió durante la madrugada del lunes en San Juan a raíz de una falla cardíaca, según informaron sus familiares, que se quejaron de falta de atención médica.
«Llamamos a la ambulancia y nunca llegó», denunciaron los allegados de Víctor Hourquebie, quien estaba postrado en una humilde casa del Lote Hogar 53, sobre una cama que sus hermanos construyeron especialmente para él con hierro y madera.
Víctor padecía obesidad mórbida desde niño y tuvo varios intentos de recuperación.
«Hace dos años estábamos muy felices porque había logrado bajar 140 kilos y sólo le faltaban 50 para tener un buen peso, pero nunca alcanzó ese objetivo porque tuvo una trombosis en una de sus piernas y tuvo que dejar de hacer ejercicios por un tiempo», contó su madre, Rosalinda.
La mujer dijo que cuando su hijo «decidió retomar la actividad física no consiguió nadie que lo quisiera trasladar» debido a su tamaño, y que «los remiseros le querían cobrar tres veces más cara la tarifa por si se les rompía algo del auto», por lo que «cayó en depresión y volvió a engordar».
«La última vez que lo llevamos a una balanza pesaba 280 kilos, en octubre del año pasado, y por eso los enfermeros calculan que ahora pesa más de 350», relató la madre.
El excesivo peso le fue generando complicaciones de salud que lo llevaron a la muerte, dijo su hermana, Isabel Contreras, quien informó que Victor se sintió mal el domingo a las 19. “Vino la ambulancia, le pusieron unos calmantes y no volvieron más, a pesar de que los llamamos tres veces», afirmó.
El hombre estaba postrado hacía más de un mes, no podía caminar, «ni siquiera movía sus brazos para tomar agua y se negaba a alimentarse por su estado depresivo», describió su hermana.
«Antes caminaba tomado de las paredes, pero ya no podía ni cambiar de posición en la cama, le costaba respirar», reveló la madre del paciente obeso.
En los últimos días, dijo, «no podía orinar con frecuencia y había veces que pasaba dos días sin hacer sus necesidades, se llenó de hongos y paspaduras por estar tanto tiempo en la misma posición», pese a que le ponían cremas.
Cuando empezó a sentirse mal “ldquo;tenía sudoración y dolores en el pecho» y por eso «llamamos dos veces a la ambulancia hasta que vinieron a ponerle sólo un calmante, pero cerca de las 23 la cosa empeoró, volví a llamar y nunca vinieron», relató la madre del fallecido.