A diferencia de la utilización de la música como forma de entretenimiento, su aplicación como terapia permite promover cambios permanentes en el contexto de un proceso y tratamiento.
La aplicación especializada de la música en el área de la salud es el campo de acción de la musicoterapia. En otras palabras, se trata de la utilización sistemática de la música con el fin de mejorar, mantener, recuperar o restaurar funciones disminuidas o deterioradas, prevenir la aparición o lentificar el avance de distintos tipos de condiciones médicas, despertar potencialidades, y realzar tratamientos estándar.
La musicoterapia ejercida por un profesional especializado es parte del equipo interdisciplinario de salud, y contribuye al tratamiento integral con un abordaje no farmacológico complementario que promueve mejoras significativas en la calidad de vida emocional, física, cognitiva y social del paciente.
A través de investigaciones y de evidencias clínicas, sabemos que las cualidades de la música y de sus elementos pueden promover alivio de ansiedad y estrés, regular estados de ánimo y humor, o mejorar la motivación sirviendo de incentivo. Estos beneficios son utilizados por ejemplo en tratamientos del dolor, en la reducción de dosis de anestesia pre-quirúrgica y pre-tests en niños, en la reducción de tiempos de recuperación y rehabilitación post-quirúrgicas y médicas en general, en el tratamiento de la depresión, o en facilitar mecanismos de resolución y adaptación a situaciones nuevas y/o traumáticas especialmente en casos de estrés post-traumático. Sabemos también que la música actúa favorablemente sobre aspectos organizadores del habla, en la planificación, iniciación, y coordinación motora, en estrategias cognitivas para resolución de problemas y toma de decisiones y en procesos relacionados con la memoria, atención, concentración y cognición social.
Durante las sesiones, preferentemente se trabaja con música en vivo de modo que paciente y terapeuta hacen música en forma colaborativa. No es necesario tener conocimientos previos para beneficiarse con esta modalidad de tratamiento, sino que lo importante aquí es que con la música en vivo es posible adaptar y ajustar los elementos musicales a las necesidades de cada persona, porque fundamentalmente en el hacer musical confluyen el movimiento, la estimulación cognitiva y el sostén emocional y social simultáneamente.
Los pacientes tienen un rol activo en la creación musical espontánea junto con los terapeutas por medio de la utilización de una variedad de instrumentos estandarizados y adaptados a sus necesidades y posibilidades. Son elegidos de modo que resulten expresivamente satisfactorios, y que su modo de ejecución sea adecuado a las posibilidades motrices del paciente, por lo que no es necesario que posea habilidades especiales para tocar ni tampoco experiencia musical previa.
Hoy sabemos que la música activa vastas regiones cerebrales a nivel subcortical y cortical tanto en el hemisferio derecho como el izquierdo. Es un material sumamente estimulante para el cerebro, sirve como incentivo, lo activa en forma orquestada y lo mantiene en forma.
En neuro-rehabilitación hay nuevos avances particularmente en el trabajo con personas que padecen enfermedad de Parkinson, rehabilitación luego de lesión cerebral adquirida, ya sea por accidente cerebro vascular o por traumatismo de cráneo, es decir, casos en los que habilidades del movimiento y del lenguaje pueden estar afectadas. También se aplica en la estimulación de pacientes con algún tipo de demencia, como por ejemplo del Alzheimer, para lentificar su avance, para colaborar en la estimulación de funciones cognitivas como por ejemplo atención y memoria y promoviendo auto-regulación. Incluso la música puede servir de estimulación para quienes se encuentran en estado de coma, dado que el sentido de la audición les permite mantener contacto con el entorno y los seres queridos, a la vez que promueve la regulación de los signos vitales.
Hay vastas razones por las cuales es crucial considerar a la musicoterapia dentro del tratamiento interdisciplinario e integral. Fundamentalmente, porque todo ser humano tiene la capacidad de responder a la música. Esta cualidad innata es uno de los aspectos saludables que conservamos a lo largo de toda la vida y puede ser activada al servicio de la salud y la calidad de vida, del desarrollo y expresión de capacidades latentes.
Lic. Marcela Lichtensztejn
Jefa del Servicio de Musicoterapia del Instituto de Neurología Cognitiva – INECO
Directora del Posgrado de Musicoterapia en Neuro-rehabilitación de la Universidad Favaloro
Autora del libro Música y Medicina: La aplicación especializada de la música en el área de la salud. Ediciones Elemento. 2009.