Las náuseas y los vómitos son síntomas comunes y molestos de trastornos que, habitualmente, no tienen importancia. En general, ocurren a causa de una infección viral llamada gastroenteritis. Se trata, sin duda, de un malestar que todos padecimos. La pregunta: ¿cómo superarlo?
La gastroenteritis, además, suele venir acompañada por otros síntomas, como diarrea, fiebre y cólicos. Pero además de esta afección, otras causas que producen náuseas y vómitos son la intoxicación por alimentos, el embarazo o la gastritis. Y los síntomas, en los casos más usuales, pueden durar desde horas hasta 2 ó 3 días.
Cualquiera sea el origen, lo importante es evitar la deshidratación, que se puede percibir como sed excesiva, boca seca, orina mínima, mareo o incluso desmayo. ¿Cómo hacerlo? Aquí una serie de recomendaciones útiles:
• Dejar de comer y beber por varias horas, hasta mostrar una mejoría estomacal.
• Beber pequeños sorbos de té no concentrado, bebidas gaseosas claras, ingerir caldos o bebidas deportivas no cafeinadas. Hay que tener en cuenta que, para prevenir la deshidratación, se debe consumir de 8 a 16 vasos de líquido diarios, en sorbos frecuentes y pequeños.
• Agregar lentamente alimentos semisólidos y de bajo contenido de fibra, pero cortar esta secuencia si el vómito se reanuda. Pueden probarse galletas saladas, gelatina, pan tostado, huevos, arroz o pollo.
• Evitar durante varios días los productos lácteos, cafeína, bebidas alcohólicas y alimentos grasosos o muy condimentados.
A pesar de que, como se dijo, el vómito puede ser síntoma de trastornos sin importancia, en ocasiones resulta una advertencia de problemas clínicos más graves, como enfermedades de la vesícula, úlceras u obstrucción intestinal.
Por ese motivo, se hace indispensable consultar al médico si el paciente no puede ingerir líquidos por 24 horas, si el vómito persiste por más de tres días o si vomita sangre.