Para salvar millones de vidas humanas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) exige una prohibición mundial de la publicidad del tabaco, al tiempo que considera importante continuar con las advertencias en los paquetes de cigarrillos y encarecer los productos subiendo los impuestos, señaló hoy la organización especial de la ONU en Ginebra.
Ésas y otras medidas similares ya han sido impuestas en 124 países, pero casi 70 Estados, la mayoría en África y Sudamérica, han hecho poco o nada para combatir el consumo de tabaco, se queja la OMS en su informe anual sobre 2013 dedicado a la lucha contra el tabaco.
«Cada Estado tiene la responsabilidad de proteger a su población de la enfermedad, la minusvalía y la muerte provocadas por el consumo de tabaco», señaló la directora general de la OMS, Margaret Chan.
Pese a que en muchos países se han adoptado límites a la publicidad del tabaco, la industria tabacalera sigue aprovechando toda una serie de vacíos legales.
Entre ellos está el envío de cigarrillos gratuitos por correo, acciones de descuento, el patrocinio de eventos por parte de marcas de tabaco o la colocación de productos en películas en el cine y en la televisión.
Hay numerosas diferencias por países, constata el informe: mientras Suecia prohíbe la mayoría de estas acciones publicitarias indirectas, en Suiza son totalmente legales, por ejemplo.
Sin la ampliación de medidas estatales de este tipo, entre ellas advertencias legales en las cajetillas, seguirá aumentando la cifra de personas que morirá a consecuencia del consumo de tabaco, considera la OMS. Se calcula que de los en torno a seis millones de víctimas actuales se pasará a unos ocho millones antes de 2030.
Fumar tabaco sigue siendo la principal causa de enfermedades evitables y puede provocar cáncer, problemas cardíacos, diabetes y enfermedades respiratorias crónicas, advirtió la OMS. Pese a ello, las tabaqueras gastan cada año miles de millones para fomentar las ventas de sus productos.
«Sabemos que sólo una prohibición total de la publicidad, los incentivos a las compras y el patrocinio es efectivo», aseguró Douglas Bettcher, jefe del departamento de la OMS para la prevención de enfermedades no contagiosas. «Los Estados en los que se implementaron esas medidas de forma consecuente pudieron frenar considerablemente en pocos años el hábito del tabaco».
Entretanto, según la OMS, unos 3.000 de los 7.000 millones de personas viven en países en los que existen medidas públicas para combatir el tabaco. En los últimos cinco años otros 20 países con una población total de 657 millones de personas incluyeron advertencias sobre los riesgos para la salud en las cajetillas del tabaco.
Además, en los últimos cinco años más de 500 millones de personas en nueve países recibieron acceso a programas para desengancharse de la nicotina. En 32 países, entre 2007 y 2012 se prohibió fumar en los lugares de trabajo, en las instituciones públicas y en los medios de transporte.
Esos avances se lograron a raíz del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (FCTC) cerrado en 2005 y firmado por más de 160 países.
Sin embargo, muchas naciones no lo implementaron, por lo que está en peligro el objetivo de la OMS de reducir el consumo mundial del tabaco en un 30% hasta el año 2015. «Si no cerramos filas y prohibimos todo incentivo a la venta de productos del tabaco, adolescentes y adultos jóvenes seguirán siendo seducidos a fumar por una industria del tabaco cada vez más agresiva», señaló la directora general.