El número de víctimas mortales por la epidemia de ébola que azota África occidental superó los 1.500, informó este jueves la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras los ministros de Sanidad de la región celebraban una reunión urgente sobre esta enfermedad.
Según la OMS, hasta el 26 de agosto habían muerto 1.552 personas de las 3.069 que habían contraído el virus del Ébola en cuatro países de África occidental.
Liberia fue el país más afectado, con un total de 1.378 casos registrados, y 694 muertos. En Guinea, donde se inició la epidemia a principios de 2014, se registraron 648 casos, con 430 fallecimientos. En Sierra Leona el balance es de 1.026 casos con 422 muertos y en Nigeria murieron seis personas de los 17 casos registrados.
La OMS advierte que la epidemia avanza de «forma acelerada» y teme que el virus llegue a afectar a mediano plazo hasta a 20.000 personas, aunque espera detener la progresión de la enfermedad al cabo de lo próximos tres meses.
«El número de casos aumenta. Me gustaría no decir esto, pero las cosas van a empeorar, antes de producirse una mejoría», declaró el miércoles por la noche en Monrovia el director de los Centros Estadounidenses de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), Tom Frieden, tras una misión de varios días en Liberia.
«El mundo nunca ha visto una epidemia de ébola como ésta. No solamente el balance es elevado, también sabemos que hay muchos más casos que los diagnosticados o repertoriados», afirmó.
Las palabras de Frieden se suman a las del coordinador de la ONU contra el virus, el doctor David Nabarro, y las del director adjunto de la OMS, Keiji Fukuda. Ambos indicaron que se necesitarán varios meses para detener la epidemia.
Para intentar frenar la progresión del ébola, calificada de «incontrolable» por Médicos sin Fronteras (MSF), los ministros de Sanidad de la Comunidad de Estados de África Occidental (CEDEAO) se vuelven a reunir en la capital de Ghana para debatir sobre una estrategia conjunta.
Los ministros «deben evaluar la implementación de medidas» ya decididas, «identificar las dificultades en cada nivel» y «determinar las estrategias adaptadas y los recursos necesarios» para luchar contra el ébola, según un comunicado del ministerio ghanés de Salud.
La epidemia, declarada a principios de año en Guinea, antes de propagarse a Liberia y Sierra Leona, y luego a Nigeria, es la más grave desde que esta fiebre hemorrágica fuera identificada en 1976 en la República Democrática del Congo
Liberia, Guinea y Sierra Leona están cada vez más aislados, ya que las compañías aéreas suspendieron el miércoles sus vuelos a estos países.
La francesa Air France anunció la «suspensión provisional» desde este jueves de sus vuelos a Freetown, pero los mantiene con Guinea y Nigeria.
Además, con motivo de una reunión con el doctor Nabarro, el presidente nigeriano Goodluck Jonathan condenó la estigmatización que sufre su país, y denunció el hecho de que el equipo nigeriano fuera obligado a retirarse de los Juegos Olímpicos de la Juventud en China tras una decisión del Comité Olímpico Internacional (COI) que excluye a países afectados por el ébola de los deportes de combate y de la natación.
Por otra parte, en Londres la compañía farmacéutica GlaxoSmithKline y la organización médica no gubernamental Wellcome Trust, entre otros organismos, anunciaron que se acelerarán las pruebas de una nueva vacuna contra el ébola y que ésta empezará a ser administrada en septiembre a voluntarios sanos del Reino Unido, Gambia y Malí.