Cada vez más países de las Américas están adoptando disposiciones efectivas para reducir el consumo y la exposición al humo de tabaco. No obstante, aún es necesario avanzar en medidas como el aumento de impuestos y la prohibición de la publicidad, promoción y patrocinio de tabaco, señala el Informe sobre Control de Tabaco para la Región de las Américas que publicó la Organización Panamericana de la Salud (OPS) este mes.
Este informe resume los avances en la implementación del Convenio Marco para el Control de Tabaco, el primer tratado internacional de salud pública que obliga a sus Estados Parte a aplicar una serie de políticas y medidas para reducir su consumo de y para proteger a sus poblaciones de la exposición al humo de segunda mano. Este convenio está en vigencia desde 2005.
De los 35 países de las Américas, 29 ya son parte del Convenio Marco, señala el Informe Regional. San Vicente y las Granadinas y Saint Kitts y Nevis fueron los últimos en ratificarlo. Argentina, Cuba, Estados Unidos, El Salvador y Haití hasta ahora sólo han firmado el Convenio, lo cual implica que si bien no son Estados Parte, se esforzarán de buena fe a buscar la voluntad política necesaria para su ratificación y no socavarán sus objetivos. República Dominicana es el único país de la región que aún no lo ha firmado ni ratificado.
“El aval amplio que se expresa en nuestra región para el Convenio Marco para el Control del Tabaco demuestra que existe una clara voluntad política para lograr políticas de control del tabaco integrales y exitosas”, afirmó la doctora Mirta Roses, directora de la OPS.
El documento destaca los progresos y desafíos para la implementación de estas medidas en los distintos países. Para ello, la OPS evaluó los avances y dificultades en la implementación de medidas destinadas a reducir la demanda de tabaco tales como: el uso de advertencias sanitarias en los paquetes de cigarrillos; proteger a la población de la exposición al humo de segunda mano; ofrecer ayuda para dejar de fumar; hacer cumplir las prohibiciones sobre publicidad, promoción y patrocinio; y aumentar los impuestos sobre los cigarrillos.
Brasil, Colombia, Panamá y Uruguay demostraron mayores avances en la implementación de las medidas efectivas para reducir el uso de tabaco, recomendadas por la OMS.
Chile y Argentina son los únicos países que tienen impuestos sobre los productos de tabaco de al menos 75 % del precio de venta al consumidor. Sin embargo, el costo de los cigarrillos en nuestro país sigue estando entre los más bajos de la región. Pocas naciones han incrementado sus impuestos de manera continua para que el precio aumente paulatinamente, tal como estipula el Convenio Marco.
Al menos 24 países de la región todavía no han prohibido la publicidad en los medios masivos de comunicación. Colombia y Panamá son las únicas naciones que tienen y aplican leyes completas al respecto a pesar de que el acuerdo establece que los Estados Partes deben instituir estas prohibiciones dentro de los cinco años siguientes a la entrada en vigencia del tratado.
Entre 2010 y 2011, varias naciones de la región aprobaron leyes 100% libres de humo de tabaco y, a fines del año pasado, Brasil se convirtió en el país con la mayor población en el mundo con este tipo de ley. Ya son 13 los países «100 % libres del humo de tabaco», lo que significa que tienen leyes de cobertura nacional o leyes locales que cubren al menos al 90% de su población con la prohibición de fumar en todos los ámbitos públicos cerrados y lugares de trabajo (sin excepciones).
Son 16 países los que cumplen con tres condiciones claves recomendadas por la OMS en materia de advertencias sanitarias: que ocupen el 50% del paquete o más (a excepción de Colombia donde ocupan el 30%), que tengan imágenes y que prohíban los términos engañosos, como por ejemplo “con bajo contenido de alquitrán”, “ligeros” o “suaves”. De esos países, seis se sumaron a partir de 2010.
Pocos países en las Américas ofrecen una ayuda fuerte para dejar de fumar, como el que recomienda el Convenio Marco que incluye líneas telefónicas nacionales de apoyo, terapias de remplazo de la nicotina y servicios de ayuda con una cobertura total de costos y de fácil acceso.
El reporte también presenta tasas de consumo de tabaco entre jóvenes y adultos. En particular en el Cono Sur, se destaca una tendencia a la disminución de la brecha de género en el consumo de tabaco, más entre jóvenes. Por ejemplo, en Argentina, Chile y Uruguay las adolescentes presentan mayor prevalencia de consumo de cigarrillos que los varones.
El tabaco mata a casi 6 millones de personas en el mundo (cerca de un millón ocurren en la región), tanto por consumo directo como por exposición al humo de tabaco ajeno. De mantenerse esta tendencia en el mundo, para 2020 las muertes ascenderán a 7.5 millones anuales. El tabaco es el principal factor de riesgo para las enfermedades crónicas no trasmisibles y primera causa de mortalidad en todo el mundo. Es el único producto legal que mata entre un tercio y la mitad de aquellos que lo usan como sus fabricantes lo indican.
“El consumo de tabaco es el principal contribuyente a los ataques cardíacos, los accidentes cerebrovasculares, los cánceres y otras enfermedades crónicas que son ahora epidémicas en la región”, destacó Roses. “Nuestros países reconocen cada vez más que el control del tabaco es un asunto de vida o muerte”, añadió.