Un grupo de científicos demostró cómo un «páncreas artificial» puede ayudar a las mujeres embarazadas con diabetes tipo 1 e indicó que su hallazgo podría reducir significativamente los casos de parto de feto muerto y de fallecimiento materno en estas pacientes.
Investigadores británicos usaron un «sistema de administración de insulina de circuito cerrado», o páncreas artificial, en 10 embarazadas con diabetes tipo 1 y hallaron que brinda la cantidad correcta de insulina en el momento adecuado, mantenía el azúcar en sangre cerca de lo normal y previno caídas riesgosas de niveles de glucosa por la noche.
«Descubrir que un páncreas artificial puede ayudar a mantener los niveles de glucosa cerca de lo normal en estas mujeres es muy prometedor», dijo Helen Murphy, de la Cambridge University, quien dirigió el estudio.
Este método fue creado para combinar un controlador continuo de la glucosa con una bomba de insulina, dos dispositivos que ya usan por separado muchas personas con diabetes tipo 1.
Ensayos previos en niños con la condición reveló que usar un sistema pancreático artificial por la noche mejoraba el control de la glucosa y reducía la hipoglucemia, que es cuando el nivel de azúcar en sangre cae demasiado.
El cuerpo de las personas que padecen diabetes tipo 1 se vuelve incapaz de procesar correctamente el azúcar y, si permanece sin tratar, se destruyen los vasos sanguíneos y los nervios, los órganos fallan y los pacientes pueden morir.
El embarazo puede ser particularmente riesgoso para las mujeres con diabetes, dado que los cambios hormonales dificultan el proceso de mantener los niveles de glucosa dentro de los parámetros seguros, especialmente durante la noche. Como resultado de los índices elevados de azúcar en sangre de sus madres, los bebés de las pacientes diabéticas son cinco veces más propensos a nacer muertos, tres veces más proclives a fallecer en los primeros meses de vida y dos veces más tendientes a padecer una deformidad, señalaron los expertos.
Datos de estudios previos sugieren que las mujeres embarazadas que sufren diabetes tipo 1 pasan un promedio de 10 horas diarias con niveles de glucosa por fuera de las metas recomendadas, dijo Murphy, cuyos resultados fueron publicados en la revista Diabetes Care.
Esto incrementa el riesgo de defectos congénitos, nacimiento de bebé muerto, muerte neonatal, parto prematuro, bebé con exceso de peso al nacer y otras complicaciones.
La diabetes tipo 1, una enfermedad autoinmune en la cual el cuerpo destruye su propia capacidad de generar la hormona insulina que controla el azúcar en sangre, representa alrededor del 10% de todos los casos de este mal. La forma más común, denominada diabetes tipo 2, suele estar relacionada con la mala alimentación y la falta de ejercicio.
Iain Frame, director de investigaciones de la entidad benéfica Diabetes UK, que financió parcialmente el estudio, dijo que aunque se trata de un ensayo pequeño e inicial, los resultados son alentadores.
«Este es un ejemplo fantástico de cómo las tecnologías existentes pueden ser adaptadas y desarrolladas para beneficiar a la mayor cantidad posible de personas con diabetes», señaló Frame.
Los investigadores indicaron que se requieren más estudios sobre una mayor cantidad de mujeres para validar los hallazgos y ver si el sistema puede desarrollarse para su uso fuera del hospital.