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Pintar contra la artritis reumatoidea

Son grandes las repercusiones psicológicas que provocan las enfermedades crónicas. La artritis reumatoidea (AR), progresiva y sistémica, repercute en la calidad de vida del paciente por inflamar de manera directa las articulaciones, para tiempo después, comprometer a otros órganos vitales. Cifras mundiales revelan que es tres veces más prevalente en mujeres que en hombres y su incidencia aumenta con la edad, hasta los 75 años, para luego decrecer.

 

Un movimiento simple se vuelve una tarea muy difícil para quien sufre esta afección, de la cuál no se conoce qué causas la generan y que  si bien existen tratamientos que mejoran la condición, hasta el día de hoy no tiene cura. Las inflamaciones provocan dolor y limitan la movilidad de manos, pies rodillas, cuello y hombros, principalmente.

 

Las características de la AR hace que los afectados necesiten contención. Es por eso que existen asociaciones de pacientes que se informan y acompañan. Esta semana cinco de ellas participaron del Taller de Expresión: “El arte está en tus manos”, que se llevó a cabo en Punta Carrasco bajo la dirección de la artista plástica argentina de prestigio internacional, Nora Iniesta. 

 

Manos de madera articuladas estaban listas para tomar color. La consigna era liberar la creatividad de las participantes y plasmarla en esas piezas “que ya de por sí son esculturas”, dijo Iniesta en momentos previos a la actividad.

 

A cada una de las pacientes, distribuidas en distintas mesas, le correspondía una mano (que simboliza la afección) y una hoja de papel. También delantales, pinceles, pintura acrílica al agua e incluso lápices del propio estudio de Iniesta. La consigna: hacer un boceto en la hoja para luego pintar las piezas en base a una idea.

 

“No es la primera vez que participo en eventos que tienen que ver con la salud, porque considero que el arte es una excelente terapia”, sostuvo Iniesta en diálogo con DocSalud.com . La exponente conceptual, ganadora de numerosos premios y estatuillas, se guarda un lugar para colaborar con este tipo de causas ya que en sus palabras “el arte ayuda y le demuestra a las personas que se puede”.

 

En el evento, organizado por el laboratorio Roche, las pacientes demostraron con hechos las palabras de Iniesta: pronto cada una de las piezas, tan iguales entre sí, pasaron a demostrar los sentimientos internos de cada una de ellas en forma de flores, paisajes, árboles, corazones y figuras abstractas, entre otros diseños.

 

Ángela, perteneciente a una asociación en San Isidro, consideró al taller como “una terapia bárbara, porque ´desembuché´  lo que tenía guardado adentro, lo saqué y lo pinté aquí y allá”. Su mano se llenó con un arco iris y un corazón.

 

A cada una de las 12 mesas les correspondía un asistente familiarizado con el arte y una vez concluida la actividad, las pacientes dejaron las huellas de sus propias manos en una tela blanca y otra negra, para recordar el momento.

 

“El arte es acción, no sólo la acción de dibujar sino también la de agruparse con otra gente con un problema en común y aunque sea por un tiempo, plasmarlo de manera creativa”, opinó Iniesta a la par que agregó que su mayor expectativa era que las participantes la pasaran bien, que sumaran una nueva experiencia y, que en este caso, se llevaran un conocimiento específico.

 

Por último agregó que la consigna no era que ellas se convirtieran en artistas, pero sí que pintaran esas manos que tanto simbolizan la enfermedad. Los objetos, de a poco, se llenaron de color y de formas. Y tanto sus autoras como la misma Inesta, de satisfacción.

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