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Piojos: una preocupación en la cabeza de los chicos y las madres

Pasar el peine fino regularmente es fundamental para controlar los piojos.

Junto con el comienzo de las clases, llegan los piojos, que provocan picazón y el consiguiente malestar en los niños en edad escolar. La fecha no es casual: aunque se los puede encontrar en cualquier momento del año, la temperatura templada de los meses de marzo y abril favorece su reproducción. En la actualidad, ésta es una preocupación mundial. “Hoy este problema dejó de ser una epidemia para convertirse en una pandemia”, comentó a Docsalud.com la Dra. Daniela Bado, médica pediatra, directora de Lice Solution.

“En base a la casuística de mi consultorio, puedo afirmar que de 6 a 8 cada 10 chicos, sufren de pediculosis en la Argentina”, agregó la pediatra.

Síntomas y complicaciones

Actualmente, se considera a esta epidemia como una parasitosis. El “tratado de pediatría de Nelson”, ubica al piojo en la línea de los ectoparásitos (porque habita fuera del cuerpo, en el cuero cabelludo). Pasó de ser un tema banal para convertirse en un problema serio que trae varias consecuencias.

“Muchas madres, asustadas, traen a la consulta a sus hijos con un ganglio retroauricuar (detrás de la oreja) inflamado pensando que podría tratarse de un linfoma”, dijo la Dra. Bado. Esta protuberancia  puede confundir a los propios pediatras que, “si son jóvenes y no tienen mucha experiencia, mandan a sus pacientes a realizarse un montón de estudios”, señaló la especialista.

En algunos casos, se llega a operar al niño para extraer y analizar estos ganglios que, según especificó Bado, “son una reacción alérgica a la actividad del parásito” que, al alimentarse de la sangre, inocula saliva que genera irritación y enrojecimiento del cuero cabelludo.

“Una de las formas de realizar un diagnóstico rápido de pediculosis es, justamente, observar el ganglio agrandado detrás de la oreja. Hay que dejar que se desinflame y al chico hay que sacarle los piojos. Los ganglios no se desinflaman rápidamente, pero si no se elimina el foco infeccioso, la hinchazón puede persistir hasta 6 meses”, aclaró la Dra. Bado.

El síntoma clásico de la pediculosis es la picazón. El ardor puede ser más intenso detrás de las orejas y en la nuca, sectores del cabello donde, por sus condiciones de mayor temperatura y humedad, abundan más los piojos. Este problema puede agravarse porque, al alimentarse, el parásito también defeca, lo que puede provocar la contaminación con bacterias que el niño, al rascarse, introduce en su cabeza, y así genera una dermatitis o una infección llamada impétigo.

“En pediatría se ve muchísimo este cuadro, producto de la picadura de arañas, hormigas o pulgas. Puede empezar de abajo hacia arriba si se trata de un insecto o de arriba hacia abajo si es por piojos. A veces esta reacción empieza en la nuca y, a través del rascado, el chico se autocontagia en todo el cuerpo. Esta es otra consecuencia de la pediculosis que, por no haber eliminado al parásito, debe ser tratada aparte con antibióticos y corticoides durante diez días”, comentó la Dra. Bado.

Otra de las consecuencias asociadas son los trastornos de atención y de conducta. Este parásito tiene su máxima actividad de noche, cuando las hembras desovan (llegan a producir de 100 a 300 liendres). “Durante este período, el chico no descansa bien ya que, parcialmente dormido, es cuando más se rasca por el malestar que produce la picazón y se lastima. Esto genera que al día siguiente esté inquieto y que a veces, en el colegio, se produzcan trastornos de conducta y de atención por la falta de sueño”, observó la Dra. Bado.

Prevención y control

Aunque afectan a varones y mujeres sin diferencia de clases sociales, las principales “víctimas” de los piojos son los niños de entre 6 y 10 años, aunque predominan un poco más entre las chicas. En adultos, este trastorno puede afectar a las madres también, mientras que es poco frecuente que afecte a los hombres en general, por una cuestión de cambio hormonal.

Cabe aclarar que no se trata de un problema relacionado con la falta de higiene. “El contagio está más relacionado al hacinamiento que puede llegar a darse en una sala de cine durante una película, en la que el piojo puede llegar a recorrer una fila entera, o durante la jornada de clases”, afirmó la especialista.

Estos parásitos no saltan ni vuelan, como comúnmente se cree, pero se mantienen activos durante todo el día, son capaces de cubrir una distancia de 30 centímetros en un minuto y viven hasta un mes.

La pediculosis puede adquirirse, principalmente, a través del contacto estrecho y prolongado con el cabello de una persona infectada, situación muy común entre los niños durante el juego o entre individuos que comparten, por ejemplo, la misma cama.

En el colegio, el contagio se puede producir por el simple hecho de compartir el pupitre durante toda la jornada con un compañero infectado. Según recomendaciones de la ANMAT es de suma importancia, capacitar a los maestros, para identificar y hacer un control precoz del problema. Antiguamente, esta práctica era común en las escuelas y solo se podía volver a clases con el apto sanitario. “Esto resultaría fundamental y sería una medida extraordinaria. Si los colegios tomaran conciencia, así como llaman a los padres para que retiraren a sus hijos cuando tienen anginas para evitar que contagien a sus compañeros, deberían hacerlo cuando se trate de pediculosis porque el nene tiene parásitos en la cabeza”, comentó Bado.

 “En países como Canadá y EEUU, al detectar a un niño con piojos, las escuelas lo ponen en aislamiento hasta que los padres lo vayan a buscar.  Solo puede volver con el correspondiente certificado médico”, agregó.

A diferencia de lo que se cree, el colegio no infecta. Fuera de la cabeza, sin alimento ni condiciones ideales de temperatura, este parásito muere en menos de 48hs. “Las madres suelen acusar a la escuela de ser la fuente de transmisión de sus hijos pero, por el transcurso del fin de semana, la escuela se desinfecta, debido a la ausencia de los chicos”, concluyó la pediatra.


Fuentes adicionales: ANMAT

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