El Estado debería alejar del cuidado de sus padres a los niños con obesidad grave con el fin de ubicarlos en hogares donde se les enseñe a comer correctamente, estiman dos médicos estadounidenses en un polémico editorial.
«Una intervención del Estado podría servir a los intereses de muchos niños obesos cuya vida está en peligro, es la única manera realista de controlar los hábitos peligrosos», escribieron Lindsey Murtagh, de la escuela de Salud Pública de Harvard, y David Ludwig del hospital para niños de Boston.
«En casos de obesidad infantil severa, un alejamiento de sus familias puede justificarse desde el punto de vista jurídico por el riesgo inminente para la salud de los niños y el fracaso recurrente de los padres a tomar en cuenta sus problemas médicos». agregaron.
Unos dos millones de niños en EEUU sufren un significativo exceso de peso. En relación a estas cifras, los médicos que publicaron su editorial en el Journal of the American Medical Association (JAMA), aseguran que la opción de sacar a los chicos obesos de sus casas por un tiempo puede servir para que ellos adquieran mejores hábitos alimenticios y así evitar eventuales intervenciones quirúrgicas.
Las declaraciones de los dos profesionales generaron polémica en la comunidad de médicos y en los medios estadounidenses. JAMA difundió un comunicado donde asegura que esa opinión no refleja la de la institución.