Las entidades patronales que nuclean a clínicas, sanatorios y centros de diagnóstico -agrupados en ADECRA y CEDIM- llevan adelante hoy un lock out de 24 horas, en reclamo de un incremento en los valores que cobra la medicina prepaga.
De esta forma, las clínicas y sanatorios de todo el país hoy sólo atenderán urgencias, al tiempo que amenazan con llevar adelante una nueva medida de fuerza la próxima semana -en este caso de 48 horas el miércoles y jueves- si no obtienen respuestas positivas.
En su conferencia de prensa, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, se refirió a la cuestión y sostuvo que «la Superintendencia de Servicios de Salud tiene que propiciar el acuerdo con las instituciones». «En el transcurso del día tendrán novedades», añadió.
Por su parte, las firmas pymes prestadoras de salud -nucleadas en el Consejo Nacional de Entidades de Salud (CONAES)- se despegaron del paro convocado por las clínicas y sanatorios, aunque coinciden en la necesidad de que se autorice una actualización en los aranceles que perciben.
La CONAES se pronunció a favor de conformar un consejo de concertación con las empresas prepagas, las obras sociales y la Superintendencia de Salud de la Nación, para acordar aranceles mínimos para las prestaciones y un esquema de ajuste en base a la evolución de los costos.
Al respecto, el titular de la Cámara de Instituciones de Diagnóstico Médico, Javier Vilosio, dijo que es necesario «armar una mesa de discusión, no pedimos que nos aumenten el arancel ni una prebenda, sino que haya un consejo de concertación para la actualización periódica, como se prevé en las leyes 26.682 y 23.661».
En tanto, Guillermo Gómez Galizia, titular de la Cámara de Instituciones de Diagnóstico Médico (CADIME) e integrante de la CONAES, dijo no compartir «el paro empresario».
«La gente no es la culpable. Mañana mucha gente se va a ver afectada y creo que no se lo merecen», señaló.
Por su parte, Jorge Cherro, presidente de la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la República Argentina (ADECRA) dijo que «la crisis que atraviesa la salud privada parece no tener fin; la situación que enfrenta el sector es realmente preocupante, ya que las clínicas y sanatorios se encuentran con un desfasaje en lo que se refiere a los aranceles prestacionales, tanto con las empresas de medicina prepaga como con PAMI».
Según el directivo, los incrementos en los costos «superan todas las barreras» y recordó que «se aproxima una discusión salarial que estaría en el orden del 30 por ciento», aunque aseguró que «se asegura la atención de urgencias, emergencias y guardias y no habrá abandono de pacientes».
En el mismo sentido, Jorge Carrascosa, presidente del CEDIM, afirmó que los prestadores «nos vemos obligados a apelar a esta medida porque no podemos hacer frente al aumento de los productos importados que tiene la industria sanatorial y de diagnóstico» y porque «las prepagas dicen que el gobierno no les deja aumentar».