Una epidemia de dengue, enfermedad tropical transmitida por un mosquito, ya mató a 31 personas en lo que va del año en Latinoamérica, cerca de la mitad de ellas en una región turística de Perú donde se detectó una cepa «muy agresiva».
Desde el 1 de enero de 2011, se han registrado en la región al menos 46.592 casos confirmados o sospechosos. Catorce personas murieron en Perú en el norte amazónico en las cercanías de Loreto (norte), ocho en Colombia, cinco en Paraguay y cuatro en Bolivia, de acuerdo a estos datos. A estas cifras se suman 12 casos sospechosos registrados en Brasil.
El año pasado, que ya había sido «complicado» en esta materia, el dengue causó 1.187 muertos en Latinoamérica sobre 1,8 millones de casos, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
«En las Américas hay en una epidemia de dengue desde hace varios años, en aumento en varios países», como en Venezuela o en América Central, dice Daniel Epstein, portavoz de la OPS.
En Perú, «ha entrado una nueva variedad que no conocíamos y que es muy probable que haya entrado por Brasil a través del Amazonas», señaló el ministro de Salud, Oscar Ugarte.
Esta cepa asiático-americana es «muy agresiva», según el director de Salud de Loreto, Hugo Rodríguez. Y la epidemia de 2011 se anuncia «muy intensa» en el país andino, que ya cuenta el doble de muertos que en 2010 y casi la misma cantidad de casos (13.300 en 2011, y 19.000 en 2010).
El dengue es una enfermedad viral transmitida por el mosquito Aedes aegypti, endémica en un centenar de países del mundo de Asia, África y América Latina. Su forma hemorrágica puede ser mortal, sobre todo para los niños.
Frente a este riesgo, varios países latinoamericanos se han puesto en alerta. En Perú, Paraguay y Cuba se practican sucesivas fumigaciones. Brasil puso en marcha un programa millonario con un emblema elocuente: un futbolista de la selección nacional lanza el balón en dirección a un mosquito con la camiseta de la selección argentina, su eterna rival. Y en Colombia, que ha sido azotada por intensas lluvias, «se ha intensificado la vigilancia», aseguró el Instituto Nacional de Salud.
El mosquito transmisor del dengue «vive en zonas urbanas» y deposita sus larvas en el agua estancada, explica la OPS. La enfermedad golpea inicialmente los barrios pobres o las poblaciones que carecen de agua corriente y deben almacenarla en recipientes.
En los países de riesgo, se suele recomendar a los viajeros que se protejan con repelentes y que consulten en caso de sufrir los síntomas (cefalea, fiebre, náusea), dado que aún no existe vacuna contra la enfermedad.
Según la OPS, el dengue «se extiende con el aumento de la población y la urbanización», pero además con la globalización de los viajes, que permiten a los mosquitos trasladarse fácilmente.
La enfermedad tiene elevados costos directos e indirectos para los países debido a la cantidad y duración de hospitalizaciones que implica. Según un estudio de la Sociedad estadounidense de Medicina Tropical publicado a principios de febrero, éstos se elevarían a miles de millones de euros anuales en las Américas.
Según la Organización Mundial de la Salud, hay 50 millones de casos de dengue por año en el mundo, de los cuales 500.000 de la variedad hemorrágica.