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Prevención de la gripe en el deportista

Un deportista tendrá un óptimo rendimiento si su corazón y pulmones no presentan anormalidades. Es prácticamente imposible tener una gran performance cuando se experimentan fiebre, tos, escalofríos, debilidad extrema y dolor de cabeza.

La influenza o gripe es una enfermedad viral respiratoria contagiosa y aguda con comienzo rápido. El virus es capaz de provocar repercusión respiratoria de distintas formas, desde leves a graves, y hasta incluso puede llevar a la muerte si no es controlada a tiempo. Por eso es importante estar atentos a síntomas como fiebre, tos, dolor de garganta, escalofríos, astenia, dolores musculares y cefalea, además de manifestaciones digestivas como diarrea y vómitos, que se presentan de forma ocasional.

Cada año mueren en el mundo entre 300 mil y 500 mil personas a causa de este mal y sus complicaciones y hasta el 40% de la población puede ser contagiada durante el brote epidémico durante el otoño y el invierno. Se estima que entre un 10 y 20% de los adultos jóvenes son afectados por la gripe anualmente, pero esta patología alcanza a todos los grupos etarios.

La actividad física o entrenamiento moderado estimula la respuesta de las células inmunitarias (fagocitos y linfocitos) haciendo que el organismo de las personas activas esté mejor preparado para combatir las infecciones que el de los individuos sedentarios.

Los deportistas de elite, que realizan ejercicios de mayor intensidad, son más susceptibles a las infecciones, en especial aquellos que practican disciplinas prolongadas como maratón o ciclismo. Durante los esfuerzos intensos y largos hay un periodo de unas 3 ó 4 horas durante las cuales la respuesta inmunológica de los linfocitos se encuentra deprimida y algunos microorganismos podrían aprovechar la situación e instalarse en el cuerpo. Pero en condiciones normales, el ejercicio intenso estimula la respuesta de los fagocitos, que compensarían la baja respuesta de los linfocitos.

La mayoría de las personas que contraen gripe se recupera en un período que va desde unos pocos días hasta menos de dos semanas, siempre que no desarrollen complicaciones. En este sentido, todo deportista que la adquiere soporta por lo menos una semana de inactividad con la consecuente baja del rendimiento en los días posteriores a su recuperación, situación que debe considerarse por la repercusión que esto significa para la dinámica del equipo o para deportes individuales.

Existen algunos factores relacionados con la vida de los deportistas que los hacen vulnerables a contagiarse de gripe. Entre ellos están los abruptos cambios de temperatura y nivel de humedad en el ambiente; continuo y extenso calendario de viajes; residencia en lugares cerrados con otras personas que posiblemente están enfermas; convivencia junto a deportistas con reiterados cuadros respiratorios durante el año y no disponer de la vestimenta adecuada.

Ante este contexto, las medidas preventivas contra la gripe son fundamentales y contribuyen a un buen rendimiento del deportista, que necesita del 100% de sus capacidades físicas y mentales durante las competencias. La inmunización contra la influenza es la herramienta más útil para su prevención. La vacuna es segura, no reproduce la enfermedad ya que no contiene virus vivos en su formulación y demostró una eficacia del 90%..

En referencia al fútbol, la organización de Futbolistas Argentinos Agremiados, provee de inmunizaciones antigripales a jugadores profesionales cada año, con experiencias  positivas en planteles de fútbol como Boca Juniors y Club Atlético Atlanta, entre otros. 

Pero además de la vacuna, existen otras conductas preventivas como lavarse las manos con agua y jabón o usar alcohol en gel; emplear pañuelos descartables para cubrirse la boca al toser o estornudar; evitar tocarse los ojos, boca y nariz ya que de este modo se propaga el virus presente en las manos; evitar el contacto con personas infectadas; ventilar los ambientes para evitar concentración y propagación de virus; mantener una alimentación equilibrada y una buena hidratación; utilizar vestimenta adecuada; evitar el enfriamiento durante y luego del entrenamiento deportivo; no compartir elementos personales o mates con bombilla; entrenar a media mañana ó por la tarde cuando la temperatura es más cálida y descansar bien.

*El Dr. Norberto Debbag es Médico Cardiólogo y Deportólogo.

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