Desde las 6 de la mañana del viernes, médicos, terapistas y pacientes intentaron resistir la demolición del Taller Protegido 19, un espacio destinado a la reinserción social de las personas internadas que funciona dentro del predio del Hospital Interdisciplinario Psicoasistencial “José Tiburcio Borda”. Según declaraciones del secretario general de ATE capital, José Luis Mataza, «por lo menos 40 personas fueron heridas por balas de goma o sufrieron intoxicación por los gases que tiró la Policía Metropolitana». El dirigente gremial calificó la represión de irracional y aseguró que «pudo haber causado consecuencias más graves”. Los hechos provocaron una descompensación del cuadro clínico de los internados que, según los especialistas, deben ser monitoreados para controlar las respuestas que pudieran manifestar en función de sus psicopatologías. La mayoría de ellos padece esquizofrenia o diversos tipos de psicosis.
En un comunicado oficial, la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA) consideró al avasallamiento del hospital, la represión generalizada contra pacientes, familiares y trabajadores del centro de salud como un hecho inadmisible. Sobre este punto, el doctor Horacio Vommaro, presidente de APSA expresó a Docsalud.com que “ninguna fuerza de seguridad debería irrumpir en un ámbito público como un hospital donde hay pacientes que son personas vulnerables y, más aún, si se trata de gente que padece trastornos mentales”.
El conflicto por el espacio del Taller Protegido 19 se inició el año pasado debido a que el gobierno porteño tiene previsto construir en ese lugar un Centro Cívico y, en varias oportunidades, intentaron desalojar el espacio. Sin embargo, “haber padecido un acto de represión como el de esta mañana donde hubo heridos por balas de goma y bastonazos, me resulta inadmisible y no puede ser justificado por ninguna cuestión jurídica”, agregó Vommaro.
Desde hace varias décadas, los talleres del Borda trabajan fundamentalmente con pacientes esquizofrénicos o que padecen distintos tipos de psicosis con el objetivo final de ofrecerles la posibilidad de una rehabilitación o la reinserción social. A través de la capacitación en algún arte u oficio, como puede ser la carpintería, la pintura o la electricidad, se les devuelve a estas personas la sensación de utilidad para la sociedad. “Han cumplido un papel muy importante y hay que decirlo. Muchísimos pacientes se han podido compensar y lograron reinsertarse en sus familias y sus ámbitos de pertenencia”, señaló el presidente de APSA.
“Incluso para quienes no era posible lograr la rehabilitación era beneficioso asistir, porque se trataba de un espacio de interacción social”, agregó.
Cualquier persona se asustaría o sufriría un cuadro de stress ante tal magnitud de violencia. En el caso de los pacientes del Borda, los hechos marcan un retroceso en la evolución de sus tratamientos que, según el cuerpo médico del hospital, manifiestan un grado de descompensación generalizada por crisis de ansiedad, terror, reacciones paranoides o fantasías suicidas. A partir de ahora, los profesionales de guardia en la institución se encuentran ante el desafío de volver a desagraviar a las personas internadas. “Es muy difícil saber cuánto tiempo puede llegar a tomar revertir los efectos de esta jornada que, a su vez, dependerá de cada patología y cada paciente. El daño ya fue producido y aquello que se gestó en tan solo 7 horas podrá demandar semanas o meses dependiendo de las características de cada persona afectada”, aseguró el Dr. Vommaro.
La otra preocupación del cuerpo de profesionales de la salud del nosocomio es la posibilidad de una fuga de pacientes. “Estas personas, más allá de su cuadro clínico, pueden contraer pánico como cualquiera y, en una primera reacción escaparse del Borda que, por otra parte, es un hospital abierto”, indicó.
No es la primera vez que se mansilla el bienestar de los internos de este centro asistencial aunque, hasta el momento, nunca se habían dado hechos de semejante magnitud y violencia. Ante la resistencia del público presente, la policía Metropolitana incrementó el nivel de represión, provocó lesiones a pacientes, familiares, trabajadores del centro de salud y a periodistas que estaban realizando la cobertura de los hechos. Pasado el medio día, el Dr. Sebastián Gatti, médico residente del Hospital Piñeyro, confirmó que «hay 30 heridos, uno de ellos de gravedad».
En tanto, el titular de la Asociación de Profesionales del Hospital Borda, Gabriel Cabia, informó que entre los detenidos están «el doctor Puerta y un integrante del taller protegido 19, Horacio Masvic».
Por su parte, la Asociación de Psiquiatras Argentinos exigió en su comunicado una inmediata investigación de los hechos y el castigo a los responsables de haber vulnerado la dignidad de los pacientes y sus familias y de todos los trabajadores del Hospital Borda. Para concluir, la Comisión directiva, encabezada por Vommaro, aseguró sostener “la irrestricta defensa del Hospital Público y la Salud Mental, además reafirmamos nuestro compromiso ético con la dignidad de los pacientes y expresamos nuestra solidaridad a todos los profesionales y no profesionales del Hospital Borda”.