El pasado 6 de agosto el Ministerio de Salud de la Nación fue notificado de tres casos sospechosos de sarampión en el conurbano bonaerense, dos de ellos con antecedentes de haber viajado a Sudáfrica, país donde actualmente hay un brote de la enfermedad. Al día de la fecha, hay cinco afectados confirmados. Tomando el reciente episodio como referente, vale la pena indagar en el mal y en los métodos preventivos, a fin de evitar consecuencias indeseables para toda la población.
El sarampión es una enfermedad viral que está en proceso de eliminación en la región de las Américas. La incorporación de la vacuna antisarampionosa a los programas nacionales de inmunización y las repetidas campañas de inoculación para aumentar las tasas de cobertura vacunales han logrado controlar su transmisión endémica. En Argentina, los últimos seis casos autóctonos fueron notificados en el año 2000.
Habitualmente el sarampión se presenta en forma aguda: con fiebre, tos, catarro nasal, conjuntival y bronquial, y luego aparece, después de tres o cuatro días junto a estos síntomas una típica erupción la piel como de pequeñas manchas distribuidas en la cara y en el cuerpo. La transmisión se produce a través de las secreciones respiratorias, desde los tres a cinco días de aparecido el rash y hasta cuatro días después.
¿Qué tenemos que hacer si estamos en contacto con un caso de sarampión?
En esta situación, todas las personas menores de 50 años que no hayan recibido dos dosis de vacuna deben administrarse un refuerzo, en lo posible dentro de las 72 horas del contacto. La vacuna puede ser la de sarampión o la triple viral, que ofrece protección, además, contra la rubeola y las paperas. En algunos casos, en su lugar, se debe administrar gammaglobulina, especialmente a niños pequeños o en poblaciones de riesgo que no tengan antecedentes de haberse inmunizado.
La vacuna es segura y prácticamente no tiene contraindicaciones. Solamente no deben recibirla quienes tengan antecedentes de alergias severísimas al huevo, situación excepcional en nuestro medio.
En resumen, el cuadro es serio pero puede ser prevenido. La vacuna es nuestra mejor herramienta. Si nos las aplicamos y colaboramos para que los niños y los adultos jóvenes la reciban, lograremos controlar brotes futuros y transformaremos al sarampión en una enfermedad del pasado.
Nuevas recomendaciones del Ministerio de Salud
• Todos los niños deben tener las vacunas del Calendario Regular al día, esto implica una dosis de vacuna triple viral al año y una dosis al ingreso escolar
• Vacunar a los niños de 6 a 11 meses. Esta recomendación es solamente para los chicos de la Capital Federal y la Provincia de Buenos Aires. Posteriormente, deben cumplir con el esquema nacional de vacunación, o sea recibir una nueva dosis de la triple viral al año y un refuerzo al ingreso escolar.
• Todos los chicos de 1 a 15 años que no hayan recibido 2 dosis de vacuna deben recibir un refuerzo con la vacuna triple viral.
• Las personas de 16 a 50 años que no hayan recibido una dosis de vacuna en los últimos 5 años deben vacunarse.