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Rebelión en la casa: los grandes desafíos de la adolescencia

La adolescencia es un proceso que se caracteriza por manifestaciones de rebeldía y de contradicciones.  Es común que se defina como una etapa de crisis individual, de conflicto y de tensión. Durante esta etapa, los padres se angustian y preocupan por observar cambios en la conducta de su hijo, se sienten desorientados y cuentan con poca información para sostenerse en la crianza.

 

Existe una multiplicidad de factores que inciden en el desarrollo del adolescente, tales como: familia, sociedad, escuela, crisis sociales, aspectos personales e interpersonales.

 

Durante el proceso de maduración, en el cual el joven intenta independizarse para llegar a ser autónomo, se requiere un reajuste permanente de roles entre todos los miembros de la familia.

 

Es común que durante esta etapa, los chicos quieran compartir con los de su grupo vestimentas, aspecto personal, conductas y lenguajes. Esto no significa que deseen aislarse de sus padres, sino que están buscando aceptación, reconocimiento y unidad. Así van ensayando y construyendo relaciones, aprenden lealtad, compromiso, empatía, crítica  o rechazo.

 

Es importante que los padres puedan dimensionar estos cambios para poder compatibilizar y relacionarse sin competir con los nuevos roles, respetando el desarrollo de autonomía y su ejercicio, por ejemplo los cambios de gustos  musicales, de ropa o de amistades.

 

Los compañeros influyen tanto en las conductas saludables como en las perjudiciales, y los primeros contactos con alcohol, tabaco o drogas se producen entre adolescentes por presión social o para crear una falsa imagen de sofisticación.

 

Esta etapa marca además el inicio de su vida sexual y, por ello, es necesario ayudarlos a promover medidas de cuidado para sí y para terceros. Deben tener acceso y manejar la información adecuada, recursos y recibir asesoramiento sobre métodos anticonceptivos y uso del preservativo para prevenir enfermedades de transmisión sexual.

 

Durante este período la variabilidad es lo constante dentro de lo esperado como adolescencia normal. La ansiedad es el sentimiento más común y produce cambios en el humor: tristeza, enojo, euforia o agresividad, entre otros.

 

En la escuela es donde más se evidencian o ponen al descubierto los problemas de integración o de capacidad para resolver las dificultades. También es donde se despliegan los conflictos motivacionales y las consecuencias de las fallas en el sistema educativo.

 

Los problemas en el hogar, la falta de comunicación y compromiso por parte de los padres, pueden tener consecuencias en el desarrollo del adolescente y afectar su capacidad para resolver los problemas cotidianos. En ese caso, es importante no subestimarlo y brindarle participación para que se sienta incluido en la toma de  decisiones dentro de la familia. Ayudará analizar juntos los problemas y ver la forma de resolver los conflictos. Los adolescentes necesitan ser reconocidos en sus logros y sentirse incentivados para poder desenvolverse en la sociedad y saber que se les respeta su creciente necesidad de autonomía. La propuesta fundamental es la comunicación dentro de la familia. Con esta herramienta los padres proporcionan a sus hijos el marco de referencia para la modelación de la conducta, valores y normas.

 

Recomendaciones:

 

• Incentivar al adolescente a realizar y cumplir con sus obligaciones.

 

• Tratar de mantener una comunicación fluida y discutir la toma de decisiones.

 

• Favorecer la noción de respeto, que reconozca los derechos y obligaciones de todos los integrantes de la familia.

 

• Que los padres puedan identificar los propios errores y poder hacer modificaciones.

 

• Favorecer la autonomía y  negociar para evitar los enfrentamientos.

 

• Permitir que los jóvenes puedan opinar y reflexionar sobre las reglas.

 

• Estimular todos los esfuerzos o logros del adolescente y evitar la crítica constante.

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