A pesar de saber que el humo del cigarrillo afecta tanto a fumadores como a no fumadores, el 55% de los porteños permite que se fume en su casa. Los datos se desprenden de una encuesta de Julio Aurelio-ARESCO para el Proyecto “Buenos Aires, Ciudad Libre de Humo” del Programa de Prevención y Control de Tabaquismo (PPCT) del Ministerio de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA),
El relevamiento a 1519 personas, realizado telefónicamente a mayores de 18 años que habitan en la Ciudad de Buenos Aires, halló que si alguien enciende un cigarrillo dentro de una casa, del total de los encuestados apenas el 45,3% invita a fumar afuera, mientras que el 24,6% solicita que el fumador se acerque a una ventana, y el 25,8% dice nada al respecto. Entre los fumadores, apenas 3 de cada 10 invitan a fumar afuera. Lo llamativo es que casi todos los encuestados opinaron que el cigarrillo es nocivo tanto para los que fuman como para los que no.
Con respecto al entorno laboral, la encuesta mostró que casi 6 de cada 10 personas no pueden fumar en ninguna parte dentro de su lugar de trabajo. No obstante, en el 16% de los casos aún se puede fumar en cualquier sitio, pese a que la ley porteña lo prohíbe.
Falta de información
Si una persona fuma en un ambiente cerrado, los tóxicos persisten durante 14 días, aún en habitaciones ventiladas, dato que los encuestados ignoraban. El sondeo mostró que el 43,8% respondió que permanecía “algunas horas, a lo sumo un par de días”, mientras que el 38,5% de los entrevistados dijo no saber cuánto tiempo perduraba.
La Dra. Marta Angueira, Coordinadora del PPCT, dijo que “no existe método de ventilación que elimine los tóxicos del humo del cigarrillo”. Es por eso que todos los organismos de salud internacionales coinciden en que la única manera de proteger efectivamente a los no fumadores de la exposición al humo de ‘segunda mano’ es establecer una regla de “hogar 100% libre de humo”, es decir, sin lugares especiales para fumar, ni horarios o situaciones específicas para hacerlo.
Angueira declaró que la actual Ley 1799 de Control del Tabaco de la Ciudad, que mantiene excepciones a la prohibición de fumar en espacios cerrados públicos y privados de acceso público, “confunde y envía un doble mensaje, porque la gente cree que abriendo la ventana o encendiendo el aire acondicionado se soluciona el problema”.
Para reformarla y eliminar estos permisos el PPCT está trabajando junto a la Unión Internacional contra la Tuberculosis y la Enfermedad Pulmonar (La Unión). Mientras tanto, avanza en el Congreso de la Nación un proyecto de ley para que toda Argentina sea 100% libre de humo, lo que representaría un enorme paso adelante en la lucha antitabáquica.
Por otra parte, el sondeo reveló que casi la mitad de los encuestados se informó de los efectos dañinos del cigarrillo por los medios de comunicación masiva, y apenas 20% se enteró por los médicos y otros profesionales de la salud. Inclusive, el 14% dijo no tener información sobre el tema, en especial hombres jóvenes de alto nivel educativo.
En relación al tema, la Dra. Silvia Cortese, médica especialista en Toxicología del Hospital Fernández y Coordinadora de la Red Tabaco o Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA), consignó que “el equipo de salud debería ser el principal transmisor de este mensaje y que tienen “una asignatura pendiente en este aspecto, ya que si bien se sabe cuán perjudicial es el cigarrillo, no siempre se le transmite esa preocupación al paciente”.
Otros datos desprendidos del sondeo
• El 71% de los entrevistados era no fumador al momento de la encuesta.
• El 93% de los entrevistados dice saber que en la Ciudad de Buenos Aires hay una ley que prohíbe fumar en espacios cerrados.
• El 86% sabe que existen excepciones a tal ley.
• Más de la mitad de la población consultada percibe que esta ley se cumple a veces, y otra cuarta parte considera que se cumple siempre.
• Pese a que está prohibida la publicidad de cigarrillos en la ciudad, 7 de cada 10 entrevistados afirmó haber visto publicidad, en particular en vía pública y quioscos.
• El 83% de los fumadores afirmaron preocuparse mucho o bastante por su salud.