Hoy se cumplen diez años del suicido de René Favaloro, el médico argentino que adquirió prestigio mundial por revolucionar la cirugía cardiovascular. Nació en La Plata en 1923 y se quitó la vida el 29 de julio del 2000 en su departamento de Palermo a los 77 años, dejando un escrito en el cual se leía, entre otras opiniones: «Es indudable que ser honesto en nuestra sociedad corrupta tiene un precio. A la larga o a la corta te la hacen pagar».
Favaloro se graduó como médico en la Universidad Nacional de La Plata y en 1950 se radicó en Jacinto Aráuz, un perdido pueblito de La Pampa. En 1962 viajó a los Estados Unidos, a la Cleveland Clinic, para especializarse en cirugía torácica y cardiovascular y cinco años después desarrolló -con éxito- la técnica del by-pass aorto coronario.
En 1992, The New York Times lo consideró un «héroe mundial que cambió parte de la medicina moderna y revolucionó la medicina cardíaca».
«Todos nos vamos a morir. No tengo miedo: me codeo con la muerte todos los días. Mi madre murió a los 91 años, mi padre a los 86; pero eso no quiere decir nada. Por eso cada día hay que tratar de hacer lo mejor para uno, la familia y la sociedad. Lo que va a quedar es el recuerdo», es una de sus frases más recordadas.
Para homenajearlo, se plantearon varias iniciativas, como que un hospital en construcción en el barrio de Villa Lugano lleve su nombre, así como también un paseo en Caballito y un tramo de la calle Juan Díaz de Solís en Montserrat. Sin embargo, desde la Fundación Favaloro no hará ningún acto especial en respeto a su testamento.