El agave azul, una de la plantas más apreciadas de México, podría ser reverenciado pronto como algo más que la génesis del tequila, lo cual sucederá si se comercializa como un efectivo antídoto contra la obesidad.
Es la esperanza de la doctora en ciencias biomédicas Laura Márquez, quien dirige desde hace un par de años un proyecto en el occidental estado de Jalisco, México, destinado a demostrar los beneficios de esta planta para disminuir el sobrepeso, un mal que castiga a siete de cada 10 mexicanos.
«Estudiamos las fibras del agave azul y vimos sus efectos, primero en ratones obesos y después en pacientes tapatíos con el mismo mal; hace tiempo teníamos los resultados, pero tardamos en darlos a conocer porque estaba en trámite la patente», dijo a Efe la especialista.
Desde hace años está demostrada la capacidad de las fibras como probiótico (bacterias beneficiosas que se ponen en el intestino), pero ahora los investigadores fueron más allá.
Se trata de un estudio realizado en el territorio considerado como el primer productor de agave y tequila, la bebida preferida de los mexicanos.
El tequila se produce al procesar la planta, pero si se trabaja la piña cruda, quedan separados los compuestos de las fibras, que se aplicaron primero a ratones y luego a un grupo de personas con exceso de peso.
«Dimos 10 gramos de Inulina Achicori (proveniente de una raíz) y se comparó con el fructano de agave. Para evitar la predisposición a veces aplicamos placebo (sustancia inerte) y los resultados del agave fueron siempre muy positivos», comentó Márquez.
Si bien los resultados ya están confirmados, aún hay mucho por estudiar; por ejemplo, en el trabajo con animales se demostró que los fructanos de cadena corta tenían más efecto sobre el exceso de grasa, pero en hombres se aplicaron de cadena larga y corta y está por ver qué sucederá cuando solo ingieran los segundos.
Otro asunto pendiente es investigar los efectos en las personas que tienen diabetes, un padecimiento que los expertos creen puede disminuir con el consumo del agave azul.
Se estima que el 70% de la población mexicana padece obesidad o sobrepeso y, como consecuencia, tiene mayor riesgo de padecer diabetes e hipertensión, entre otras enfermedades.
Es un hecho que un polvo de agave no solucionará los problemas de sobrepeso que sufren buena parte de los mexicanos; se requiere un cambio en los hábitos de alimentación y estilos de vida, pero los nuevos descubrimientos ayudarán a quienes que de una manera sincera trabajen para recuperar su salud.
«Hemos visto que (el agave) inhibe la sensación de hambre; a nivel neuronal recibimos una señal de los péptidos que dice que el organismo está saciado y los fructanos estimulan la secreción de esos sustancias», explicó Márquez.
Aunque las investigaciones van adelantadas, otro asunto por resolver será lograr una sobreproducción de la piña porque si esta se usa cruda para obtener el medicamento, ya no servirá para fabricar el tequila, uno de los pilares de la economía de Jalisco.
Otro análisis sugiere que el agave azul es un excelente auxiliar en el tratamiento del padecimiento conocido como hígado graso y actuales investigaciones de la doctora Mercedes López en el central estado de San Luis Potosí dejan entrever que la sustancia ayuda a personas enfermas de osteoporosis.
Aunque tiene otros usos beneficiosos para el hombre, hoy en día el agave es apreciado por encima de todo como la planta para hacer los finos tequilas de calidad mundial.
Sin embargo, eso es algo que puede cambiar pronto si se comienza a comercializar para mejorar la salud de las personas obesas.
*Nota de Gustavo Borges, publicada originalmente por la agencia Efe.